ORIENTE PRÓXIMO
Grupos radicales islámicos lanzan ataques con cohetes Qasam
Por Carmen Rosa Fernández1 min
Internacional19-01-2003
Israelíes y palestinos continúan llorando muertos. Once víctimas y decenas de heridos son el balance de los nuevos enfrentamientos registrados en la franja de Gaza entre ambos bandos, en los que los nuevos armamentos palestinos y las respuestas israelíes han sido los protagonistas.
El ataque más significativo lo llevaron a cabo los integristas islámicos de Hamás con los cohetes Qasam. Seis de estos proyectiles fueron lanzados contra la ciudad judía de Sderot cerca de una escuela, pero sin causar víctimas mortales. Este ataque supone un nuevo giro en la contienda por su valor psicológico más que por el militar. Se trata de cohetes de fabricación casera, con un alcance de entre cinco y ocho kilómetros y con cinco kilos de explosivos en su interior, pero que han impactado 30 veces en este asentamiento desde que comenzó la segunda Intifada, y proliferan con rapidez en las venganzas islámicas. Los Qasam no generan masacres pero las autoridades corren a tapar rápidamente sus huellas en las paredes y planean fuertes venganzas como represalias. En esta ocasión, el Ejército israelí atacó Bet Janún para desmantelar los comandos que lanzaron los Qasam contra Sderot, pero la operación se saldó con un israelí muerto y ningún palestino capturado. Los políticos, por su parte, llevan a cabo su propia contienda dialéctica. El representante palestino acusa al primer ministro israelí, Ariel Sharon, de intentar desviar la atención de las acusaciones de corrupción que pesan sobre él con la intensificación de los ataques. Sharon responsabiliza a Arafat y ha prohibido a la delegación palestina acudir en Londres a la reunión donde se analizan las reformas de la Autoridad Nacional Palestina. Esta reunión, presidida por el ministro británico de Exteriores, Jack Straw, espera la presentación de la nueva Constitución palestina en la que se introducirá la figura de un primer ministro que limite el poder de Arafat. No obstante, los representantes palestinos tuvieron que exponer sus intenciones mediante videoconferencia, lo que dificultó enormemente el desarrollo de las conversaciones.