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FRANCOTIRADOR

Los ciudadanos de Washington ya pueden repostar tranquilos

Fotografía Los dos presuntos autores de los asesinatos cometidos por el francotirador <i>del tarot</i>

Los dos presuntos autores de los asesinatos cometidos por el francotirador del tarot

Por Fernando Cancio MartínezTiempo de lectura1 min
Sociedad26-10-2002

John Allen Mohammad, ex soldado y Lee Malvo, su hijastro, fueron detenidos el pasado viernes como principales sospechosos de haber cometido los asesinatos que tenían en vilo al FBI y todas las fuerzas de seguridad americanas. Ambos fueron arrestados mientras dormían en su coche junto a un rifle "Bushmaster" AR-15, el mismo con el que se han cometido todos los asesinatos.

A partir de dos llamadas que el francotirador hizo a dos sacerdotes de Virginia y Columbia, el FBI pudo determinar que su siguiente actuación sería en Alabama. Fue entonces cuando la policía relacionó un asesinato que tuvo lugar en ese mismo estado en el mes de septiembre en el que participaron los dos detenidos. Allen es un musulmán convertido, con ideas cercanas al fundamentalismo islámico. Según los expertos, es un individuo desequilibrado que se venga de esa manera de humillaciones durante su vida. Lo que se sabe con certeza es que Allen fue un veterano de la Guerra del Golfo que, en los años 80, trabajó en el área de Ingeniería del Ejército. No se conoce por qué abandonó el Ejército, pero allí fue entrenado para combatir en misiones de apoyo. El otro detenido es Lee Malvo, un joven de 17 años que, según parece, es hijo de una ex esposa suya de Jamaica. Allen tiene pendientes varias demandas de dos ex esposas suyas. El francotirador o asesino del tarot, como también se le conoce, ha dejado un total de diez muertos y tres heridos. Nadie estaba seguro, y así quedó demostrado cuando mataba tanto en una gasolinera como en un restaurante o instituto. La primera de sus víctimas, el 2 de octubre, fue James Martin, un hombre de 55 años que fue alcanzado en un centro comercial. La última, el 20 de octubre, un conductor de autobús. Han sido tres semanas en las que los ciudadanos del área de Washington tenían miedo a repostar en las gasolineras o cuando sus hijos iban al colegio o salían al parque.