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Madrid

Bronca moción de censura en la Asamblea de Madrid

Por Javier Álvarez LagoTiempo de lectura5 min
España09-06-2017

Como cabía prever, la moción de censura que pretendía quitar de la presidencia de la CC.AA de Madrid a la popular Cristina Cifuentes para poner en su lugar a la portavoz de Unidos Podemos, la abogada Lorena Ruiz-Huerta García de Viedma, no ha salido adelante. Tras un debate acalorado, repleto de acusaciones e incluso de insultos directos, los votos unidos de PP y Ciudadanos, junto a la abstención del PSOE, dejaban a la iniciativa de Unidos Podemos sin el apoyo necesario para su aprobación.

El debate, más que por las políticas, ha estado presidido por la corrupción y los cruces de acusaciones entre los distintos partidos. Unidos Podemos defendía su iniciativa al considerar que la presidenta de la CC.AA en la actualidad, Cristina Cifuentes, no debe continuar al frente de la ejecutiva madrileña por haber estado implicada tanto en la concesión del Canal de Isabel II como por su participación, tanto en el comité de técnicos como en el organismo decisor (por lo que podría haber incurrido en un delito de incompatibilidades, ya que, además, conocía personalmente al empresario investigado), en la adjudicación de la cafetería de la propia sede, contrato sobre el que existen indicios de que se adjudicó de forma indebida y que ya está siendo investigado por la justicia.

Así, según Unidos Podemos, la presidencia de la popular no es sino una continuación de los gobiernos corruptos, al servicio de "intereses privados" que no responden al bien común, de sus predecesores Esperanza Aguirre y Ignacio González, este último en prisión en la actualidad por el Caso Lezo. Por ello, la consideran a ella y a su ejecutiva un "lastre para el avance democrático y del Estado del Bienestar", acusándoles de no tener principios, sino "chequera".

Asimismo, el grupo parlamentario morado defiende que cuestiones como la privatización de la sanidad y la educación llevadas a cabo por los distintos gobiernos del Partido Popular en la CC.AA no han hecho sino aumentar el riesgo de pobreza y la desigualdad. Por otra parte, desde sus filas insisten en la estrategia comunicativa de afirmar que no son ellos los que llaman partido corrupto o criminal al PP, sino que así lo hace la propia policía y diversos autos judiciales. Y es que, según la postulante a la presidencia Lorena Ruiz-Huerta, “el problema de la corrupción es estructural, sistémico e institucional” en el partido del Gobierno.

Respecto al proyecto de cambio defendido por el grupo que ha presentado la moción de censura, su postura puede resumirse en una reforma fiscal (que recupere, entre otros, el Impuesto sobre el Patrimonio) que eleve los impuestos a las clases altas de la sociedad madrileña (si bien los otros grupos consideran que se pretende también subir los impuestos al resto) aunada a una reforma energética que prime la utilización y producción de energías limpias de cara a reducir la dependencia energética de la región. Entre otras de las medidas defendidas por Lorena Ruiz-Huerta cabe destacar la eliminación del llamado "impuesto al sol", el apoyo a pymes, autónomos y, especialmente, a empresas de economía social y, finalmente, una reversión de la privatización de la sanidad madrileña que vendría acompañada del reembolso del copago farmacéutico a aquellas personas situadas en el umbral de la pobreza.

Por otra parte, el Partido Popular ha defendido su actuación durante los últimos años, alabando las reformas de Cristina Cifuentes en lo que a prevención de la corrupción se refiere. Según este grupo, la moción de censura no ha sido sino un circo, un "espectáculo de feria" diseñado para dar a conocer a la candidata de Unidos Podemos, es decir, pura propaganda partidista. Cabe destacar que, en todo el pleno, Cristina Cifuentes no ha pedido ni una sola vez la palabra.

Asimismo, los miembros del PP, que han terminado bastantes de sus intervenciones con el lema ”Podemos no puede”, han reiterado desde el estrado los delitos de corrupción y los problemas con la justicia que asolan al partido morado, desde el cobro de Monedero de un informe que, presuntamente, nunca se llegó a realizar hasta los casos destapados de corrupción de menores presentados contra alguno de sus miembros. A su vez, consideran que su proyecto de cambio no es sino vaho, una imposibilidad debido a que no es posible, por ley, aumentar el gasto como pretenden. También rechazan su idoneidad, acusando a Unidos Podemos de querer llevar a cabo en la Comunidad de Madrid un modelo marxista y anticuado como consideran que es el de Venezuela.

El consejero Enrique Matías Ossorio, a este respecto, ha sido uno de los que ha usado un lenguaje más duro. Ha afirmado, entre otras cosas, que el partido que lidera a nivel nacional Pablo Iglesias es el más "infame de todo el mundo occidental", acusándoles de doble moral, añadiendo que "comunismo es corrupción" y que Errejón es “el segundo becario más famoso del mundo detras de Mónica Lewinsky”. Por su parte, el parlamentario del grupo morado, Jacinto Morano afirmó, refiendose al vicepresidente Ángel Garrido, que “por mucho que usted haga el payaso no va a convertir esta cámara en un circo”, en alusión a la afirmación de este de que todo aquello no era sino eso, un espectáculo circense.

Muy poco participativo en este debate, el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, está de acuerdo con el Gobierno al considerar esta moción de censura como un circo, si bien acusa tanto a PP como a Unidos Podemos de haberle hecho perder el tiempo a él y a todos los madrileños. Por su lado, considera que las medidas del partido que presentaba la candidata de Unidos Podemos se traducirían finalmente en una subida de impuestos para la clase media, por lo que les insta a dejar de hacer un "uso partidista" de las instituciones de cara a empezar a hacer una verdadera oposición, como la que considera que está haciendo su partido.

Por último, el portavoz del PSOE, José Manuel Franco Pardo, declaró que su grupo se abstendría ya que, si bien considera que existen motivos de sobra para reprobar al Gobierno de Cristina CIfuentes, considera que Unidos Podemos no ha consensuado con ellos el cómo realizarlo, así como les acusa de haber escogido un método a todos los efectos inocuo, ya que no tenía, ni aun con su voto, posibilidades de salir adelante.

En definitiva, la moción de censura ha dado pie a un debate de lo más acalorado en el que la presidenta de la Cámara, María Paloma Adrados Gautier, ha tenido que llamar al orden varias veces y, especialmente, al respeto de la debida cortesía parlamentaria. A las 20:30, antes de que Lorena Ruiz-Huerta subiese al estrado por última vez antes de la votación, los miembros del grupo popular abandonaban la bancada en masa. Asimismo, tanto Unidos Podemos como el PSOE consideran que Adrados no ha llevado a cabo su labor correctamente, ya que consideran que no ha sido imparcial si no partidista al dejar continuamente a los consejeros del PP tomar la palabra. Según estos grupos, que el reglamento permita al ejecutivo intervenir cuando considere necesario no deviene en que este pueda hacerlo en cualquier situación.