Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

El primer párroco con escolta

Por Cristina CasaresTiempo de lectura1 min
España26-07-2002

Empresarios, políticos, intelectuales. Personas que viven en el País Vasco y que, cada vez más, sienten la necesidad de verse acompañados a cada paso que dan por un escolta. A nadie le extraña ya que la gran mayoría no pueda andar sin protección por las calles de su pueblo o ciudad. Pero ahora hasta la Iglesia comienza a sufrir el acoso terrorista. Jaime Larrinaga, párroco de Maruri (Vizcaya), se ha convertido en el primer cura con escolta.

Jaime Larrinaga lleva 33 años como párroco en Maruri, un pueblo de Vizcaya. Es el fundador del Foro El Salvador, que es un grupo de religiosos vascos que creen que el papel de las víctimas del terrorismo y lograr la libertad de los ciudadanos deben ser objetivos primordiales de la Iglesia y de las instituciones políticas. Larrinaga se ha mostrado en desacuerdo con el nacionalismo en diversas ocasiones y en un reportaje periodístico de El Mundo calificó su lugar de residencia como "territorio hostil". Estas declaraciones han sido el justificante del envío de unos comunicados a los habitantes del pueblo, por parte del consistorio de Maruri gobernado por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que tachan de "nostálgico del franquismo" al párroco. Según algunos políticos nacionalistas, las afirmaciones de Larrinaga eran manifestaciones "erróneas" y por eso el 18 de junio se aprobó en el consistorio, que cuenta además con representantes de Batasuna y Euskal Alkartasuna (EA), el buzoneo con unas notas informativas. El párroco de Maruri no se lo pensó dos veces. Contactó con el Departamento del Interior y solicitó protección. Un escolta privado, que ha sido contratado por el gobierno vasco, le acompaña ya a cada lugar al que acude. Aún así asegura que no tiene intención de abandonar. Sin embargo, es posible que todo comenzara tiempo atrás. Al parecer el gobierno vasco presiona desde hace meses al obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, para que Larrinaga se marche o se le conceda un año sabático. La razón: "lleva 33 años en el mismo pueblo y está produciendo la división entre sus feligreses." El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha calificado de "técnicas nazis" el envío de los comunicados por parte de los nacionalistas. Y asegura que seguirá adelante con el Pacto Antiterrorista y con la Ley de Partidos.