La abstención mete a Le Pen en la disputa por presidir la República
Por La Semana1 min
Internacional21-04-2002
Tres de cada diez votantes franceses no acudieron a las urnas. Esta es la principal causa y razón del éxito del ultraderechista Jean Marie Le Pen en la primera vuelta de las elecciones a la Presidencia de la República. El actual jefe de Estado, Jacques Chirac, y el primer ministro, Lionel Jospin, eran los dos máximos favoritos. Pero Le Pen dio la sorpresa con un resultado totalmente inesperado.
Nada más cerrarse los colegios ya se preveía la derrota de Jospin, al que algunas encuestas habían situado durante los últimos días como probable vencedor de los comicios. Sin embargo, los sondeos a pie de urna auguraban una derrota del candidato socialista por falta de movilización de su electorado. Le Pen era el gran beneficiado de una abstención del 28,05 por ciento, lo que supone un récord en la historia de la democracia francesa. En las anteriores elecciones presidenciales, Jospin fue el ganador de la primera vuelta con un 23,3 por ciento de los votos. Cinco años después, el todavía primer ministro cae al tercer puesto y pierde casi ocho puntos (16,15). Jacques Chirac ha perdido poco más de un punto en las elecciones (19,82). El "gran triunfador", así es como han calificado en Francia al segundo candidato, es Jean Marie Le Pen. En 1997 recabó un 15 por ciento de las papeletas, frente al 16,92 por ciento de esta ocasión. El mínimo pero sorprendente ascenso se debe presumiblemente a la abstención del electorado de izquierdas que, bien por un exceso de confianza o bien como castigo al Gobierno del candidato, faltó a la cita con el sufragio. El resto de los candidatos acumularon el 47,11 por ciento de los votos, por lo que poco o nada puede preverse de lo que ocurrirá en la segunda vuelta. Entonces, el próximo 5 de mayo, los franceses tendrán que elegir entre Chirac y Le Pen. De momento, los socialistas se han apresurado a declarar su apoyo a la candidatura del actual presidente de la República. Jospin y todo su equipo pedirá el voto para el que, hasta ahora, era su principal adversario. Pretenden evitar así que la ultraderecha pueda hacerse con la Jefatura del Estado.