TOROS

Hermoso de Mendoza y Dávila Miura, triunfadores de la feria de Abril

Por Almudena Hernández Pérez1 min

Espectáculos21-04-2002

Un fantasma de sol y sombra ha pasado por la feria de Sevilla. El baile se ha trasladado desde el Real hasta los corrales de la Maestranza, donde las ganaderías han pasado con más pena que gloria, pues pocos toros han propiciado el lucimiento artístico. Además, las figuras no han respondido con triunfos a la expectación sevillana.

A ello se añade la sucesión de percances que tuvo que atender el doctor Vila. El más grave, el que sufrió Enrique Ponce. El torero valenciano aguantó de forma heroica una cornada en el muslo izquierdo de 35 centímetros que le mantendrá apartado de los ruedos algunas semanas. El diestro tiene en mente su reaparición en San Isidro. El arte sin embargo sí paso por el ruedo maestrante. Lo hizo en algunos detalles que siempre capta el buen aficionado en los toreros de oro y de plata y también lo hizo a lomos de un caballo: Cagancho. Su amo, Pablo Hermoso de Mendoza, cortó dos orejas en cada una de sus dos citas en el ruedo hispalense. En la primera de ellas, despidió de la afición sevillana al equino. Otra despedida sucedió en la segunda de las citas del arte de rejoneo, pues Javier Buendía dijo "hasta luego" después de una emotiva vuelta al ruedo. Andy Cartagena, con dos orejas, Joao Moura, con una, y Diego Ventura, de vacío, también destacaron en los festejos a caballo. Sin contar los triunfos ecuestres, sólo un torero ha brillado en el ciclo sevillano, aunque no con la intensidad de haber conseguido cruzar la puerta del Príncipe. Eduardo Dávila Miura la rozó en su primera comparecencia, pues sumó dos orejas al esportón, y cortó otro apéndice en su segunda cita, a la que acudió por la puerta de la sustitución. En la última semana de feria también han destacado Manuel Caballero, que cortó una oreja la tarde de los percances de Enrique Ponce y Ortega Cano, que se lesionó el codo izquierdo y estará de baja varias semanas. En la tarde del sábado, un valiente Pepín Liria arrancó un apéndice en la corrida de Cebada Gago.