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CITA CON LAS URNAS

Irán celebra sus elecciones en un panorama de tensión

Por Alberto Carretero AguadoTiempo de lectura2 min
Internacional02-03-2012

Los novenos comicios legislativos desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979 se han celebrado este viernes en Irán. La situación ha sido de una fuerte lucha interna por el poder y un torbellino de amenazas y sanciones internacionales por su programa nuclear. La jornada electoral, con una duración inicial prevista de diez horas, ha tenido que ser prolongada hasta cuatro veces a causa de la participación masiva de los electores, según fuentes del Ministerio del Interior. Estas prolongaciones atendieron a la petición de los gobernadores provinciales, a los que finalmente se dieron competencias para “esperar” a los electores pendientes antes de dar por cerrado el proceso e iniciar el escrutinio.

El portavoz del Consejo de Guardianes, Abas Alí Kadjodai, ha asegurado que en estos comicios la participación ha sido entre un 8 y un 9 por ciento mayor que en las legislativas de 2008 y que se ha alcanzado el 63 por ciento. El Consejo de Guardianes es el organismo religioso que supervisa la vida política y los procesos electorales. Sin embargo, los ciudadanos y periodistas locales declaran a los medios de comunicación que la presencia de votantes en los colegios de Teherán ha sido mucho menor que en los comicios presidenciales de 2009, en las que la oposición denunció que la victoria del actual presidente, Mahmud Ahmadineyad, fue fraudulenta. La unidad del régimen está quebrantada desde abril del año pasado, cuando Jameneí desautorizó a Ahmadineyad al reponer en su puesto al ministro de Inteligencia, Haydar Moslehi, un fiel al líder que había sido destituido por el presidente, que aparentemente trataba de ganar poder en el sistema. Desde ese momento, los “principalistas”, leales al líder, han intentado copar la nueva legislatura descalificando a los seguidores de Ahmadineyad, acusándolos de ineficacia y tachándolos de desviacionistas y de poner en duda la primacía religiosa en el sistema. La victoria de los principalistas podría suponer una política interior más radical y estricta en materia social. Si se mantiene el equilibrio con los seguidores de Ahmadineyad, se podría favorecer una economía más abierta, dentro y de cara al exterior. En cuanto a la política nuclear, las dos partes han indicado que no renunciarán a su programa atómico, insistiendo en que es civil y pacífico pese a las sospechas de países como EE.UU. La población iraní está más preocupada por la situación económica y el fuerte aumento de precios en los últimos meses, que se han unido a los del pasado año, aprovecharon para aprovisionarse de cara al cercano Noruz, el año nuevo persa, que empieza el 20 de marzo. La afluencia de electores en estos comicios ha sido de 48,2 millones de iraníes, que han podido elegir entre 3.467 candidatos los 290 escaños de su noveno Parlamento en los 33 años de historia de la República Islámica.