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CUBA

El diálogo con la Iglesia abre las puertas a la liberación de los presos

Fotografía Raúl Castro, en la reunión con el representante del Vaticano y el ministro español Miguel Ángel Moratinos (FOTO: periódico Gramma)

Raúl Castro, en la reunión con el representante del Vaticano y el ministro español Miguel Ángel Moratinos (FOTO: periódico Gramma)

Por Rocío Linares RamosTiempo de lectura1 min
Internacional10-07-2010

“El grupo de los 75” se rompe por la libertad de 52 presos. La Iglesia Católica y las Autoridades cubanas se unen para hacer respetar los Derechos Humanos en el país. El Gobierno de Raúl Castro ha recibido numerosas visitas con un único tema: la liberación de presos políticos. Un proceso iniciado por el Vaticano en el mes de mayo y que ha visto sus primeros resultados en la liberación de Ariel Sigler Amaya, que presentaba un delicado estado de salud. Doce del grupo también fueron acercados a sus lugares de residencia.

52 presos que desde 2003 están privados de libertad quedarán en libertad en un plazo máximo de cuatro meses. Las reuniones que han fraguado este acuerdo han contado con la presencia del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el cardenal cubano Jaime Ortega y Raúl Castro, presidente de Cuba. Mediante un comunicado del Arzobispado de La Habana, se transmite que el proceso contará con una primera fase en la que cinco detenidos serán excarcelados y viajarán junto a sus familiares a la península española. Este “grupo de los 75” arrastraba una condena de 28 años por atentar contra la soberanía del Estado y “conspirar con Estados Unidos”. La salud de las personas bajo cautiverio ha sido el motivo, hasta el momento, que ha llevado a la liberación de hasta 23 presos. En este caso, la Unión Europea también ha ejercido la presión correspondiente para mejorar la relación con Cuba. Sin embargo, este buen fin ha sido gracias a la solidaridad y humanidad por parte del gobierno castrista. Los diplomáticos lo atribuyen a las “gestiones” de la Iglesia católica, que en otra ocasión, allá por 1998, también se acercó al diálogo por la libertad. La oposición continúa con sus peticiones de “excarcelación incondicional”. El Gobierno cubano tiene sus mejores intenciones para la causa pero este “paso” no significa “que vaya a mejorar la situación de los derechos humanos en Cuba”, según Elizardo Sánchez, integrante del grupo de opositores. Se cierra así un período de entendimiento entre la Iglesia y el Estado con fines de justicia. Supone además otro acercamiento amistoso que puede dar lugar a importantes acuerdos en el futuro para lograr el consenso y el bienestar general.