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SALT LAKE CITY 2002

La ciudad más segura del mundo

Por David de AncosTiempo de lectura2 min
Deportes08-02-2002

Los atentados del 11 de septiembre han obligado a los organizadores de los Juegos a fortalecer las medidas de seguridad. Los servicios secretos estadounidenses han convertido la ciudad de los mormones en uno de los lugares más seguros del mundo.

Más de 12.000 hombres están encargados de que la seguridad reine en el entorno, y los atletas asisten atónitos a una exhibición de las más rígidas normas de control. Desde el hotel donde residen hasta las pistas sufren tres controles de seguridad. La organización ha aumentado el número de puestos dotados de escáner para evitar las colas en el acceso a las pistas. Los desplazamientos en automóvil también son sometidos a un estrecho marcaje; los coches son inspeccionados por un cuarteto de militares. El impacto del 11 de septiembre puede medirse si se compara el gasto de seguridad en de los Juegos de Atlanta, en 1996, con el de Salt Lake City: 98 millones (casi 114 millones de euros) contra 310 millones de dólares (360 millones de euros), los mayores de la historia de las Olimpiadas. Aun así, las previsiones para los Juegos de Atenas de 2004 se cifran en 600 millones de dólares. Están instalados más detectores de metales que en ninguna otra Olimpiada, más de 1.300. El escáner desnuda el material de los deportistas; se les obliga hasta a encender los teléfonos móviles para comprobar si son de verdad. El mismo trámite sucede con cámaras o cualquier aparato electrónico. Los servicios secretos, los mismos que protegen al presidente de los Estados Unidos, coordinan la operación, en la que están movilizados permanentemente la Guardia Nacional, el FBI y la policía local. El operativo dispuesto en Salt Lake City (Utah) incluye la respuesta a una eventual contaminación del aire por agentes químicos y biológicos y la recepción de esporas de carbunco por correo. Algunas de las medidas que convierten Salt Lake City en una fortaleza son: el cierre del aeropuerto durante las ceremonias de apertura -uno de sus momentos culminantes fue izar una bandera rescatada de las ruinas del World Trade Center de Nueva York- y de clausura; el mantenimiento de una zona restringida de vuelo en un radio de 45 millas náuticas en torno a la ciudad y las 11 sedes de competiciones durante los Juegos, para lo cual se encargarán cazas F-16 de la base de Hill. Además, helicópteros Black Hawk patrullarán los cielos a baja altura y se colocará a tiradores de elite en las proximidades de las sedes olímpicas.