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PRESUPUESTOS GENERALES

El Ejecutivo reduce el gasto público un 3,6%, seis décimas menos por la reforma fiscal

Por Javier M. FandiñoTiempo de lectura3 min
Economía27-09-2009

El Gobierno busca por todos los medios tener más ingresos, pero también necesita reducir los gastos. Pese a la supresión de la deducción de los 400 euros del IRPF y el aumento del IVA hasta dos puntos, el Gobierno prevé un déficit de más de 57.000 millones de euros por lo que reducirá en un 3,9 por ciento el gasto público, seis décimas menos de lo inicialmente previsto por el aumento de ingresos que se espera con la reforma fiscal.

Apretarse el cinturón en tiempos de crisis. El Consejo de Ministros ha aprobado en un pleno extraordinario la reforma fiscal del Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) 2010. La ministra de economía, Elena Salgado, apuesta por unos presupuestos “austeros“ y por el aumento de ingresos por parte del Estado como salida a la crisis económica. Sin embargo, el Parlamento tiene la última palabra. De la Vega prefirió comenzar explicando el capítulo de gastos frente al de los ingresos y anunció que el déficit de las cuentas del Estado para 2010 alcanzará los 57.428 millones de euros, aproximadamente el 5,4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Aunque estos cálculos auguran una caída tres décimas menor que la esperada en las previsiones anteriores, la subida impositiva y la reducción de la deuda pública serán incapaces de frenar el aumento de la deuda del Estado español, que a finales de 2010 se situará en el 49,1 por ciento del PIB. Así, el gasto público se verá reducido en un 3,9 por ciento, seis décimas menos de lo previsto, debido al aumento de ingresos estimado por la reforma impositiva. Asimismo, el techo de gasto ha aumentado en 2.810 millones de euros y las Comunidades Autónomas, en su conjunto, aumentarán los ingresos recibidos por parte del Estado hasta esta cantidad. Respecto a la deuda pública, Elena Salgado reconoció que a finales de este año alcanzará el 53,4 por ciento PIB, cifra considerablemente inferior a la estimada para 2010, que podría situarse en el 62,5 por ciento. De este modo, el capítulo de gastos del Estado para el año 2010 queda organizado destinando el 51,6 por ciento a protección social, el 21 por ciento se transferirá a las Administraciones territoriales, el 6,6 por ciento será utilizado para pagar los intereses de la deuda, el 6,2 por ciento para prestar los servicios públicos básicos y el 6,3 por ciento se dedicará para infraestructuras e I+D. Igualmente, el gasto de personal en las administraciones públicas aumentará en un 2,7 por ciento en 2010 debido al incremento retributivo del 0,3 por ciento, a la congelación de los sueldos de los altos cargos, a la disminución de la oferta de empleo público y al 0,3 por ciento que será utilizado para financiar las pensiones de los funcionarios. Los ministerios de Justicia e Interior serán los principales beneficiados de este incremento. La salida de Solbes deja a Salgado “sola“ ante la crisis A pesar de las dificultades, la nueva ministra encara desde un punto de vista optimista la crisis y coloca a la austeridad presupuestaria y al aumento de los ingresos por parte del Estado como base para la recuperación económica. Elena Salgado recogió en abril el testigo de Pedro Solbes, antiguo ministro de Economía, tras abandonar el cargo ministerial. La salida de Solbes del partido ha puesto de manifiesto la incoherencia del Gobierno en la aplicación de medidas económicas que suavicen la crisis. La política del PSOE en materia económica ha ido dando “bandazos” en la última legislatura. Un reflejo de esto es la promesa del Gobierno de devolver los 400 euros, una promesa que se ha aplicado durante sólo un año. Ahora Salgado ocupa el puesto de Solbes desde que éste renunció a su asiento en el Congreso y confía en que la subida de impuestos saque a España de la crisis financiera. No opina lo mismo, el ex diputado socialista Jordi Sevilla, que también ha abandonado su escaño este mes junto con César Antonio Molina. Sevilla afirmó en su blog que “ni los ricos van a pagar más impuestos ni la subida impositiva financiará nuevo gasto público” y explicó que el año que viene con estos presupuestos las familias tendrán “menos dinero para gastar y el Estado, aunque tenga más, tampoco lo gastará, sino que lo dedicará a reducir el déficit“.