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ASAMBLEA DE LA ONU

Obama reconcilia a Estados Unidos con la Comunidad Internacional

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional23-09-2009

Negociación, cooperación y respeto mutuo entre naciones. Estos han sido los tres pilares en los que se ha basado el discurso del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ante la Asamblea General de la ONU. La gran ovación de los 120 jefes de Estado y de Gobierno presentes podría significar un nuevo comienzo en las relaciones internacionales tras la Era Bush.

En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Obama ha reiterado el compromiso de EE.UU. a la hora de enfrentarse a alguno de los retos a los que se enfrenta actualmente el mundo. Sin embargo, ha dejado claro que el resto de países deben comprometerse también a hacerles frente. "Esta no puede ser sólo una empresa de EEUU. Aquellos que criticaban a EEUU por actuar solo en el mundo, no pueden ahora quedarse de brazos cruzados esperando que América resuelva los problemas sola", ha señalado. En un discurso que supone deja atrás la hostilidad de la Administración estadounidense a cualquier movimiento multilateral en el tablero internacional, Obama ha mantenido su tono conciliador y optimista de cara al futuro. Los fundamentos de ese "cambio" que ha reclamado en la política internacional son: "La no proliferación y el desarme; la promoción de la paz y la seguridad; la preservación de nuestro planeta; y una economía global que aporte oportunidades para todos". Tras recordar el peligro de un ataque nuclear -terrorista o de una nación- Obama ha pedido la renovación del compromiso con el Tratado de No Proliferación Nuclear. En este punto, no ha evitado señalar directamente a dos países 'conflictivos', Corea del Norte e Irán. No obstante, ha reiterado su apuesta por la vía diplomática para resolver las tiranteces, al tiempo que ha recalcado que la lucha contra Al-Qaeda en Afganistán y Pakistán continuará. En cuanto a Oriente Próximo, se ha mostrado claro. "Ha llegado la hora de retomar las negociaciones sin condiciones para abordar las cuestiones sobre del estatuto permanente: seguridad para los israelíes; fronteras, refugiados, y Jerusalén". Posiblemente el detalle más importante del discurso de Obama se ha producido al final, cuando en una sola frase ha dejado bien claro que su Administración no volverá a actuar como lo hizo la del anterior inquilino. El presidente estadounidense ha hecho una defensa acérrima de la democracia, pero ha añadido que ésta "no puede ser impuesta desde fuera" y que cada país "debe buscar su propio camino", aunque "ningún camino es perfecto".