TOROS
Espartaco celebra su 30 aniversario de alternativa con triunfo
Por Almudena Hernández1 min
Espectáculos29-07-2009
Más que de luces, Juan Antonio Ruiz Espartaco se ha vestido de éxito. Y el éxito, en este torero que cosechó tantos éxitos en los años ochenta y posteriores, siempre ha ido acompañado en su caso de una técnica impecable y de un concepto del toreo chispeante y conquistador del graderío. Así ocurrió, una vez más, con el torero de Espartinas, que celebró en Pontevedra sus tres décadas de alternativa el pasado 2 de agosto.
Con una sonrisa puesta en la boca, como siempre, el rubio torero se anunció en un cartel de esos que atraen a las masas: compartió un encierro de Alcurrucén con Enrique Ponce y José Antonio Morante de la Puebla. Un cartel que, a la postre, no decepcionó, pues llenó la plaza gallega en uno de los carteles estrella de su Feria de la Peregrina. Buena parte del éxito fue por el juego de los astados, que permitieron el lucimiento de los espadas, aunque Morante fue el único en abandonar la plaza a pie, en parte por ser el perjudicado en el sorteo. Sus oponentes no llegaron a la faena de muleta con el brío que permite el lucimiento de este matador. Mientras, dos máximas figuras, aunque de épocas distintas, compartían instantáneas como si se hubiera detenido el tiempo por una extraña y magnífica coincidencia cruzando en volandas la puerta grande de la plaza de toros de Pontevedra. Para poder hacerlo, tanto Ponce como Espartaco habían sumado cada uno un total de tres orejas. Si el veterano había desplegado su mejor técnica de todos los tiempos, el torero valenciano tampoco se quedó corto y, una vez más, ensimismó al respetable con la apariencia de la facilidad de su tauromaquia, haciendo bueno lo malo y sacando las virtudes de los defectos de los animales. Templó y toreó en maestro, como casi siempre. Fue su particular forma de felicitar a otro maestro, que ese día volvió a hacer el paseíllo para recordar aquella primera vez que lo hizo como matador de toros.