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MARRUECOS

Mohamed VI cumple 10 años como rey con reformas descafeinadas

Fotografía
Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
Internacional02-08-2009

Mohamed VI cumple este año el décimo aniversario de su llegada al trono, y los balances acerca de su mandato no se han hecho esperar tanto dentro como fuera del reino alauí. Unos balances que suelen coincidir en la incapacidad del monarca para librarse de la sombra de su padre y llevar a cabo una transición democrática realmente profunda.

Diez años han pasado ya desde aquel 30 de julio de 1999 en el que, sólo una semana después de la muerte de su padre, Hassan II, asumió el timón de Marruecos. En su primer discurso como rey se comprometió a ahondar en la política de tímidas reformas emprendidas por su progenitor, pero éstas se han quedado en tímidas modificaciones. Y es que, pese a que el régimen marroquí es uno de los más abiertos del Magreb, el rey sigue teniendo una parcela de poder inmensa, es el líder religioso del país y es la máxima autoridad de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Además, el hecho de que Mohamed VI sea el primer empresario del reino alauí y sus más que estrechas relaciones con la clase política más poderosa, entre la que están algunos de los más íntimos amigos del rey (Fuad Ali El Himma, que se perfila como próximo primer ministro del país, fue compañero de clase del monarca) no ayudan precisamente a lavar la imagen de profunda decepción a las reformas democráticas. Tampoco ayudan los dos temas más escabrosos de la agenda interna del país: la situación de la mujer y el estatus del Sahara Occidental. Sobre la primera, el rey aprobó en 2002 una serie de reformas destinadas a acabar con prácticas arcaicas como el matrimonio entre menores, la poligamia, el repudio y agilizar el divorcio. La reforma del Código de Familia, conocido como Mudawana no ha tenido, pese a todo, los efectos esperados. Sin prohibiciones explícitas, ya que el Islam autoriza las prácticas anteriormente citadas, Mohamed VI se limitó a dificultar burocráticamente todos estos procesos. Sin embargo, la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos reveló el pasado año que en 2006 los jueces autorizaron el matrimonio de menores en cerca del 90 por ciento de los casos juzgados y la poligamia en el 43,4 por ciento. Mientras, el tema del Sahara Occidental ha estado encima de la mesa desde su primer año de mandato. Pese a mostrarse como un trabajador para la resolución del conflicto, lo cierto es que Mohamed VI ha rechazado desde 2001 el Plan Baker de descentralización del territorio reconociendo en el mismo El Aaiún que no cedería “ni un solo palmo de territorio”. Tres meses después, culminaría una de sus etapas más conflictivas con la Unión Europea al invadir el islote de Perejil. Algo que pese a todo, no ha pasado factura a las relaciones bilaterales entre ambos territorios, pues Marruecos sigue siendo el principal socio de la UE en el norte de África. Además del rechazo del Plan Baker, Mohamed VI rechazaría en 2003 una propuesta de Kofi Annan en el que se contemplaba un periodo provisional bajo la jurisdicción marroquí, y un referéndum de autodeterminación como fase final. El Polisario y Argelia lo aceptaronn pero Marruecos se opone. En su lugar, Mohamed VI anunció su deseo de llevar a cabo una descentralización del territorio en 2006 que, hasta la fecha, no ha tenido aplicaciones a pesar de que la pasada semana afirmase que quiere que el Sahara sea el primer banco de pruebas para el sistema de vertebración regional que quiere para el país.