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EXPOSICIÓN

La Fundación Dalí adquiere el que podría ser el primer retrato de Gala

Por Adriana EscaladaTiempo de lectura2 min
Cultura31-07-2009

La obra con la que se ha hecho la Fundación Dalí de Gala, es de unas dimensiones reducidas (13,9 x 9,2 centímetros). En ella se plasma la cara de su musa en el centro de un collage. El visitante podrá verla en el museo de Figueres este verano. El cuadro tiene en la parte inferior central una insignia en la que se lee Pour l¬oliveta. Salvador Dali 1931. Oliveta era el nombre con el que se dirigía Dalí cariñosamente a su mujer debido al óvalo de su rostro y el color de su piel.

La adquisición del cuadro ha costado a la Fundación unos 380.000 euros (540.000 dólares). Junto a él, también han conseguido hacerse con el cuadro Bañistas de Es Llaner(1923). La obra de la colección se introdujo el pasado día 16, y estará permanente en la Fundación Dalí. Ésta será uno de los principales atractivos de la nueva edición de las visitas nocturnas que la Fundación Dalí ha organizado para el mes de agosto. Esta última estará presente en la Sala de las Pescaderías de forma permanente. Por otro lado, Gala se encontrará en la Sala de los Dibujos, en un montaje diseñado por Pep Canaleta expresamente para mostrar esta pieza. Y es que cuando en 1929 Dalí conoció a Gala Éluard, le provocó una fuerte impresión, tan intensa que a partir de ese momento no se separaron nunca más, hasta la muerte de Gala el junio de 1982. Todo comenzó cuando Salvador Dalí viajó a París para presentar la película que realizó junto a Luis Buñuel, Un chien andalou, y allí, Camille Goemans, poeta y galerista belga, le presentó a Paul Éluard. Dalí les invitó a veranear en Cadaqués y Goemans y su compañera; René Magritte y su esposa; Luis Buñuel, y Paul Éluard y Gala, con la hija de ambos, Cécile, aceptaron pasar unos días en la Costa Brava. Esposa y musa de Salvador Dalí, su verdadero nombre era Elena Ivanovna Diakonova, una mujer misteriosa, desobediente, de gran intuición, que supo reconocer el genio artístico y creador donde lo había y a lo largo de su vida, como prueban sus numerosas relaciones con intelectuales y artistas, incluso antes de conocer a Dalí. Cuando el pintor conoció a Gala se enamoró de ella y en su libro de memorias La Vida Secreta/i> el propio Dalí escribió: Estaba destinada a ser mi Gradiva, la que avanza, mi victoria, mi esposa.