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TOROS

El Juli ¬escandaliza¬ en México D.F.

Por Almudena Hernández PérezTiempo de lectura2 min
Espectáculos05-02-2002

La estatua del ángel de la Independencia de México D. F. fue invitado forzoso a la celebración del triunfo de Julián López El Juli en el coso de los Insurgentes, el más importante de la América taurina. El torero cortó un rabo.

La Policía llamó la atención a un grupo de aficionados que acompañaban al torero en la particular fiesta que se organizó en los aledaños del monumento, lugar habitual de concentración de los mexicanos cuando triunfa la selección nacional de fútbol. Los forofos de El Juli quisieron celebrarlo del mismo modo. Tanto es así que la noche acabó en comisaría, aunque El Juli nunca llegó a las instalaciones policiales y pasó la noche en un hotel de la capital mexicana. El torero ha confirmado que no quería causar malestar a los mexicanos, público al que respeta y que le vio nacer profesionalmente y que la celebración era una muestra de compartir ese triunfo con la afición de este país. El diestro madrileño había cortado un rabo en la tarde del 56 aniversario de la plaza, que tuvo lugar el 5 de febrero. Horas después del acontecimiento, Julián acudió a la estatua de la Independencia, para cumplir así con una promesa que se había propuesto si alguna vez obtenía los máximos trofeos en el coso más grande del mundo. Así fue. La labor con el primer toro de su lote fue completa en todos los tercios e hizo que se viniesen abajo los tendidos de la plaza México, sin ningún hueco entre las 50.000 localidades y repleta hasta la bandera. En el segundo de su lote saludó desde el tercio. Otra figura española presenció la hazaña. Enrique Ponce formó parte del cartel de esta tarde histórica, en la que participaron cuatro espadas y se corrieron cuatro toros de Reyes Huerta y cinco de Xajay. El torero valenciano no tuvo suerte con su lote, ni siquiera con el sobrero que regaló para ver si podía quitarse la espinita... No pudo ser. Mejor parados salieron Eulalio López El Zotoluco, que cortó dos orejas en una tarde en la que demostró valor, una por res, y Leopoldo Casasola, que obtuvo otro apéndice.