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SALUD

La paradoja de los trastornos alimentarios

Por Tamara SantosTiempo de lectura2 min
Sociedad23-05-2009

Las nuevas tecnologías facilitan una vida más cómoda, la variedad de alimentos, más placentera, y la publicidad más inconformista. La gran cantidad de productos alimentarios y el desarrollo de las nuevas tecnologías llevan al ciudadano a engordar, mientras que las imágenes publicitarias le ofrecen la delgadez.

La obesidad es uno de los trastornos en la alimentación que afecta a más del 30 por ciento de los niños españoles. Ese dato lo recoge un estudio de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). A su vez, se ha demostrado que hay una relación directa entre los resultados y el hecho de que cada vez son más niños los que juegan dentro del hogar evitando así el ejercicio físico. Tal y como reconoce el Ministerio de Sanidad y Política Social, el crecimiento y diversificación de la industria alimentaria y el comercio del adelgazamiento, conducen al deterioro en los hábitos de alimentación. A esto se le suma el sedentarismo ocasionado por el propio trabajo en el caso de los adultos, o las nuevas formas de ocio (ordenadores o videojuegos) en el caso de los más pequeños. A parte de la obesidad, existen otras enfermedades de gran importancia como la anorexia o la bulimia. En España, según datos sociodemográficos, las jóvenes de entre 14 y 24 años son las que más se ven afectadas por la publicidad proadelgazamiento. El 35 por ciento de ese colectivo está "a dieta" y el 45 por ciento hace ejercicio físico con el objetivo de adelgazar. A su vez, la mayoría de estas mujeres, afirman juzgar a otras personas en función de su aspecto físico, fijándose en si están gordas o no, y en sus conversaciones siempre aparecen temas relacionados con la pérdida de peso. Con todo este envoltorio social, la anorexia y bulimia nerviosas se convierten en la realidad de muchas jóvenes y adolescentes. El acto de comer se convierte en una guerra entre el hambre y la voluntad; que poco a poco va afectando al enfermo en todas las actividades de su vida. La sociedad tiende a separar lo placentero de lo saludable en la dieta, pensando por ejemplo, que las grasa son calorías dañinas para el cuerpo; cuando estas tienen funciones tan importantes como la de regular las hormonas en el caso de las mujeres. A su vez, la televisión marca valores en los ciudadanos que muchas veces no son los adecuados, como en de dar una importancia extrema a la imagen.