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CRISIS

El responsable de la OCDE cree que los “brotes verdes” son prematuros

Por Bárbara ArenaTiempo de lectura1 min
Economía24-05-2009

Aunque con anterioridad apuntó a signos de recuperación, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se decanta ahora por escapar del optimismo. Su secretario general, el mexicano Ángel Gurría, opina que hablar de “brotes verdes” es aún prematuro, teniendo en cuenta la dificultad de la situación. Según él, lo importante es que los bancos presten dinero, y eso “no lo están haciendo todavía”.

Gurría advierte de que la crisis es tan profunda que algunas de las medidas, sobre todo la de inyección de liquidez, no se han notado en ciertos sectores. Además, destaca que la caída del empleo continuará después de que se perciban las mejoras en la economía, puesto que es una tasa rezagada con respecto a las demás y España partía de números muy altos. Como ya lo hiciese en marzo el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, Gurría afirma que “el peligro de que se puedan generalizar las tensiones sociales, a causa del aumento incesante del paro, es algo innegable”. En su opinión, la tasa media de desempleo entre los países desarrollados llegará “probablemente” al 10 por ciento, alcanzando en España el 18 por ciento. Defiende pues un abaratamiento del despido a favor de una mayor flexibilidad laboral y declara que han de utilizarse “más y mejor los paquetes de estímulos, fiscales y financieros, pensando en mantener la ocupación”. El secretario general también apunta a que existen dos etapas tras tocar fondo: una es dejar de contraerse, la otra es empezar a crecer. Alerta de que, aunque se ha ralentizado la caída, aun no hemos llegado a la peor parte, momento que espera suceda a finales de 2009 o principios de 2010, para empezar en otoño del año que viene “la curva al alza”. Reconoce que se pudo haber sido más previsor antes de los problemas, pero que a día de hoy no queda otra alternativa que la de “tapar el pozo aunque el niño esté ya ahogado” y destaca la relevancia de los atisbos de cambios estructurales que se presentan en este país. Reducir el peso del famoso ladrillo siempre es bueno, y más si se apuesta por la economía del conocimiento, lo sostenible y la productividad.