RUANDA
El responsable del genocidio contra los tutsis, condenado a cadena perpetua
Por LaSemana.es
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Internacional21-12-2008
El Tribunal Internacional de Naciones Unidas para el genocidio de Ruanda de 1994 condenó la pasada semana al considerado cerebro de la matanza de cientos de miles de tutsis, Theoneste Bagosora, a cumplir cadena perpetua. La de Bagosora pasará a la historia por ser la primera condena en firme del Tribunal contra los responsables del conflicto.
La sentencia del Tribunal, establecido en la ciudad de Arusha (Tanzania), determinó que el coronel Bagosora es culpable de crímenes de guerra y de crímenes contra la Humanidad. Bagosora fue detenido en 1996 en Camerún y durante su juicio han declarado un total de 242 testigos durante un año y 14 meses. Durante la celebración del proceso, cientos de personas han recordado las matanzas indiscrimanadas en aldeas tutsis por parte de las milicias hutu Interahamwe, que él mismo lideraba y que pasaron a cuchillo a unas 800.000 personas en sólo 100 días, entre ellas también algunos hutus disidentes. Bagosora contaba entonces con 53 años. La masacre comenzó en la noche del 6 de abril de 1994. El avión en el que viajaba el presidente de la República, Juvenal Habyarimana, fue derribado por dos misiles. A partir de ese momento las milicias hutus -mayoría étnica del país- y las Fuerzas Armadas ruandesas comenzaron una revuelta destinada a acabar con la minoría tutsi que durante años había conducido el país, pero también hacia aquellos hutus que creían en la convivencia pacífica entre ambas etnias. La autoría del atentado contra Habyarimana jamás fue esclarecida. Pese a que el genocidio ruandés se apagó, las tensiones entre hutus y tutsis han perdurado en el continente africano. En un fenómeno bastante parecido al deambular de la OLP por Oriente Próximo durante el siglo pasado, miles de milicianos tutsis huyeron a la República Democrática del Congo durante el conflicto. Así, a día de hoy, hay una milicia organizada contra el Gobierno hutu del país a lo largo de una de las fronteras más convulsas del mundo. Y es que, tan sólo en lo que va de año, unas 300.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por los continuos conflictos.