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Ana María Matute, Carmen Iglesias y Margarita Salas, tres mujeres en la RAE

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura2 min
Cultura18-12-2008

Hace dos años que la escritora Ángeles Caso denunció la falta de mujeres en la Real Academia Española (RAE) y criticó los “viejos prejuicios” de la crítica literaria con las obras escritas por féminas. Hasta la nueva representante de la Academia, Inés Fernández-Ordoñez, asegura que la RAE “es un poco machista”.

Hasta ahora, eran tres las mujeres que ocupaban un sillón en la Academia: Ana María Matute (la única novelista de la institución), Carmen Iglesias y Margarita Salas son las privilegiadas en ostentar este cargo, a las que se une la catedrática de Lengua Española de la Universidad Autónoma de Madrid. En 1998 fue elegida la escritora Ana María Matute (Barcelona, 1926) como miembro de la RAE, y desde entonces ocupa el sillón “K” de la Academia. La historiadora Carmen Iglesias Cano (Madrid, 1942) tomó posesión de su cargo en septiembre del año 2000, y desde entonces ocupa el sillón “E” de la Academia, que había dejado vacante Gonzalo Torrente Ballester tras su muerte. La bióloga Margarita Salas (Asturias, 1938) se convirtió en la primera científica en ingresar en la institución en junio de 2001. La pionera española en investigación molecular ocupa el sillón “i” que dejó el poeta asturiano José García Nieto. Un trato discriminatorio hacia la mujer Según cuenta el historiador Alonso Zamora Vicente en la Historia de la Real Academia Española(1999), fue en el siglo XIX Gertrudis Gómez de Avellaneda la primera candidata a ocupar un sillón de la RAE, al menos de una “forma seria”. Pero tal como cuenta el autor, la sociedad de aquella época “no entendía que una mujer formara parte de estas instituciones”. De esta forma, la institución mandó una carta muy educada, en la que le decía que "no había plazas para señoras". La escritora Emilia Pardo Bazán recibió el mismo trato discriminatorio años después. Fue en 1979 cuando fue elegida una mujer sin ningún tipo de problema, y la susodicha fue Carmen Conde, a la que sucedería Elena Quiroga en 1984 y, más tarde, Matute, Iglesias y Salas. Hasta hoy se han barajado nombres como los de las escritoras Carme Riera, Almudena Grandes o Rosa Montero o figuras del mundo del teatro como Nuria Espert o artistas como María Corral, pero sin traslucir nada en concreto. La mujer adquiere protagonismo, pero la cifra “suena aún muy ridícula”, en palabras de la recién elegida, “que no responde al peso de la mujer en la sociedad y cultura de hoy”.