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POLÉMICA

Juan Antonio Roca podrá saldar sus deudas con las obras que le incautaron

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura2 min
Cultura16-12-2008

El que fuera mano derecha del difunto Jesús Gil, Juan Antonio Roca, ha visto una oportunidad de oro con las obras de arte que poseía para librarse de las de deudas pendientes con la Agencia Tributaria, cuyo valor asciende a los 6,3 millones de euros. El juez que instruye la causa, Óscar López, ha autorizado al ex asesor de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella a liquidar esas deudas con la “donación” de las importantes riquezas artísticas de Roca, cuyo valor asciende a los 3,9 millones de euros.

El “botín” del imputado en el “Caso Malaya”, descubierto entre mayo de 2006 y junio de 2008, impresionó a las Autoridades. Las obras de arte incautadas estaban dispersas por Marbella, Madrid, Murcia y Cádiz. Roca tenía algunas de ellas en varias fincas y locales, pero otras estaban escondidas en zulos y trasteros falsos. El imputado albergaba en sus casas desde un dibujo de Juan Gomila, tasado en 600 euros, hasta una obra de Joan Miró que alcanza los 350.000 euros, y que el ex asesor tenía colgado en su cuarto de baño. Pero esto no es todo. Entre sus riquezas, destacan cuadros de autores como Manuel Millares, valorados en 250.000 euros; Antonio Saura, Joaquín Sorolla, José María Sicilia o Francisco Bores. Entre estas 415 obras de arte también poseía varias esculturas de Jean Dubuffet (200.000 euros), Cesar (130.000 euros), Pablo Serrano (3.000 euros), Antonio Tapies (30.000 euros) o René Buthaud (60.000 euros). Incluso también podía presumir de decorar su inmueble con piezas atribuidas a Pablo Picasso que oscilan entre los 3.000 y los 6.000 euros. Arte como mercancía La obsesión por contar con tan preciadas piezas artísticas no denota una pasión exacerbada de Juan Antonio Roca por los cuadros y las esculturas. Más bien, sí como una inversión económica muy preciada, una colección como forma de especulación. Y la prueba está en que albergara la obra más preciada de todo el conjunto, la pieza de Joan Miró, en su cuarto de baño, un lugar poco apropiado para su conservación. De hecho, la comisión centrada en la investigación asegura en el informe pericial que el cuadro no estaba en muy mal estado, pero que “el soporte estaba arrugado por la acción de la humedad”. ¿Es lícito aceptar obras para saldar una deuda si no se conoce bien su procedencia? La investigación no está cerrada, pues se sospecha que algunas de las obras, como una del escultor francés Rodin, podría haber sido robada de un museo.