JUVENTUD

Los jóvenes españoles consideran normal el consumo de drogas a su edad

Por Paula López2 min

Sociedad21-12-2008

En Navidad, el consumo de drogas se multiplica. Las fiestas, las reuniones con los amigos, las vacaciones, las cenas, el fin de año... Para algunos jóvenes todas son buenas razones para el consumo de alcohol y estupefacientes.

Los menores tienen a su disposición mucha información sobre las drogas, sus efectos y sus consecuencias a corto y largo plazo pero, aun así, relativizan los posibles daños. Según un estudio titulado La lectura juvenil de los riesgos de las drogas: del estereotipo a la complejidad, de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, el 41 por ciento de estos jóvenes saben que su consumo es un riesgo pero que es algo propio de su edad. La investigación se basa en encuestas realizadas a 1.200 jóvenes de entre 15 y 24 años. De ellos, el 23,6 por ciento reafirma lo anterior, pero se muestran partidarios de la reflexión. Tan sólo el 29 por ciento se declara totalmente en contra de asumir esos riesgos y se muestra prudente. La cantidad suministrada, el tipo de droga y la frecuencia son algunos de los factores que determinan el efecto de la droga que se consume. Algunas alteran la capacidad de decisión y otras aumentan la posibilidad de verse involucrado en situaciones peligrosas (relaciones sexuales sin protección o conducción bajo sus efectos). También son diversos los motivos que pueden llevar a un joven a su consumo: algunos creen que les puede hacer pensar mejor, otros lo hacen por la curiosidad y otros jóvenes sólo las consumen para no sentirse excluidos de un grupo, para integrarse con otros jóvenes que las consumen habitualmente. Ninguno es consciente del riesgo que puede causarles a largo plazo. Ven el futuro como algo muy lejano y, aunque saben que consumir drogas no está bien, no le dan la suficiente importancia, ya que lo creen algo normal para su edad. Para estos jóvenes, la diversión, aguantar más de fiesta o desinhibirse les compensa, según dice el estudio. Los accidentes de tráfico o la muerte por sobredosis son los únicos riesgos a corto plazo que conoce la juventud española pero, aun así, considera remotas las posibilidades y la limitan, básicamente, a los consumidores de pastillas.