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TENIS

España culmina la gesta y logra su tercera ¬Ensaladera¬

Por Manuel de JuanTiempo de lectura3 min
Deportes23-11-2008

La tercera Copa Davis ya está aquí. España, sin su gran estrella y número uno del mundo, Rafael Nadal, se impuso por 3-1 al combinado nacional de Argentina en la final de la máxima competición de tenis por naciones. El equipo, capitaneado por Emilio Sánchez Vicario y compuesto por David Ferrer, Fernando Verdasco, Feliciano López, Marcel Granollers y Santiago Ventura ha dejado patente que España cuenta hoy con una gran generación de tenistas.

El primer duelo de la eliminatoria midió a David Ferrer, número uno del equipo español, contra David Nalbandián, el dos del conjunto argentino. Se esperaba que este fuese el duelo estelar y más igualado de la contienda, pero quedó al descubierto que la diferencia de forma entre ambos jugadores era enorme. Nalbandián no dio ninguna opción al de Jávea y consiguió el primer punto para los suyos por 6-3, 6-2 y 6-3, haciendo valer su superioridad tanto con el saque, faceta en la que Ferrer estuvo bastante mal, como con sus derechas profundas y su revés a dos manos, uno de los mejores del circuito. La cosa acababa de empezar y ya se ponía cuesta arriba para los hombres de Sánchez Vicario. Sin embargo, pronto retornaría la ilusión al equipo hispano. Lo que Ferrer no había logrado, Feliciano López se lo iba a dar a España tras completar un memorable partido ante el número uno de Argentina, Juan Martín del Potro. El toledano comenzó perdiendo el primer set, pero supo controlar los nervios provocados por una pista volcada en su contra y terminó remontando, con un resultado global de 4-6, 7-6, 7-6 y 6-3. Muy seguro con su saque en todo momento y controlando sus golpes de revés, posiblemente su mayor punto débil, Feli arrolló al de Tandil y vengó sus palabras en referencia a Rafa Nadal y sus calzoncillos. Al toledano le ayudó también una leve lesión de su rival. Del Potro abandonó la pista con evidentes gestos de dolor en uno de sus muslos y pidiendo perdón a la afición, que contaba con que consiguiese el segundo tanto de la eliminatoria. El partido de dobles se presentaba como un duelo crucial para el devenir de la competición. Estando la situación en empate y con la más que dudosa participación de Del Potro en la jornada del domingo, todo parecía indicar que quien ganase el tercer punto sería el mejor colocado para levantar la Ensaladera. Y esa fue España. La pareja formada por Feliciano y Fernando Verdasco dio una lección de saber estar ante una cancha encolerizada en su contra y consiguieron una victoria que, a la postre, resultaría decisiva para el equipo nacional por 5-7, 7-5, 7-6 y 6-3 contra Nalbandián y Agustín Calleri. Comenzaron cediendo, pero tras los nervios del primer parcial demostraron estar mejor compenetrados que los argentinos y, a pesar de tener algún bajón de juego que casi les cuesta el tercer set, terminaron imponiéndose y dejando en silencio a la ruidosa pista de Mar del Plata. Para el partido que podía decantar la final para España, ambos capitanes de equipo tomaron sorprendentes decisiones. Vicario decidió sustituir a Ferrer y dio los galones a Fernando Verdasco, mientras que Alberto Mancini puso en la pista a José Acasuso, único tenista del equipo albiceleste que aún no había jugado ningún partido. Y el partido no decepcionó. Verdasco se hizo con la primera manga por 6-3, pero el Chucho Acasuso despertó y se llevó los dos siguientes por 7-6 y 6-4. Parecía que el madrileño estaba contra las cuerdas, pero, gracias a una fuerte mentalidad, reaccionó y empató a dos sets con otro 6-3. Todo el pescado estaba vendido, y parecía que el quinto set sería el juez de la eliminatoria. Fue ahí donde pudo verse el espíritu del verdadero campeón. Verdasco se elevó como dominador absoluto del juego y se colocó pronto con un 4-0 que permitía al equipo español rozar la ansiada Ensaladera de Plata. Acasuso, derrumbado psicológicamente y con fuertes dolores abdominales, trató de plantar batalla, pero un Verdasco en plenitud de facultades era demasiado para él. Nada pudo hacer para evitar el 6-1 final que da a España su tercera Copa Davis. Con sufrimiento y sudor, ante un feroz público que acabó rendido y aplaudiendo a un grupo de excepcionales tenistas, el equipo español supo sobreponerse a la Nadaldependecia y demostró que el país ibérico es el actual dominador del tenis masculino mundial.