JUVENTUD

La noche también es joven para el alcohol y la violencia

Por Tamara Santos2 min

Sociedad22-11-2008

La noche se ha convertido en todo un universo para los jóvenes. Durante toda la semana sólo piensan en que llegue el viernes para poner fin a su jornada laboral y comenzar a preparase para la fiesta. Sin embargo, esa actividad nocturna que tanto añoran durante su jornada diaria, encierra todo un mundo de posibilidades a su alcance que no siempre son las deseadas.

La inquietud de probar cosas nuevas, la atracción por lo prohibido y la búsqueda del placer inmediato son características de la sociedad actual. El sexo se convierte en un fin, y las personas en un escaparate apetecible para vivir el momento, puro hedonismo, puros objetos. A todo este panorama hay que sumar que las drogas ayudan a envolver el ambiente, a perder el control e incitar los instintos más animales del hombre, que en determinadas circunstancias pueden resultar agresivos. La violencia juvenil se ha triplicado en los últimos tres años, cada vez hay más bandas callejeras y argumentos diferenciadores para el uso de la fuerza; la raza, el sexo, las ideologías... Cualquier escusa es válida para agredir. El Observatorio Nacional sobre Drogas alerta de que en España un millón de familias sufren de cerca las consecuencias del abuso de estas sustancias. A pesar de que se ha reducido el consumo de tabaco, cannabis, heroína o éxtasis, el alcohol es la droga por preferencia, causante de la muerte de 20.000 personas al año. Ésto da lugar a otros problemas sociales como los accidentes de tráfico, que encuentran en la mezcla de jóvenes, noche y alcohol su cóctel más explosivo. Uno de cada diez estudiantes de 14 y 18 años ha conducido vehículos bajo los efectos del alcohol, y dos de cada diez han sido pasajeros de un vehículo cuyo conductor había bebido. Además un 48 por ciento de menores de entre 12 y 18 años de edad son atendidos por intoxicación en urgencias al tomar alcohol y otras sustancias. El daño social se hace irreparable si la adicción que comienza en la adolescencia se hace patente en la edad adulta, como sucede en la mayor parte de los casos. La educación sigue siendo la llave de la esperanza, ya que todo se engloba en una pérdida de valores y de identidad que hace que muchos jóvenes pierdan la vida cada fin de semana.