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CRISIS FINANCIERA

Zapatero se lleva otro varapalo diplomático con la cumbre del G-20

Fotografía
Por Irene E. SánchezTiempo de lectura2 min
España26-10-2008

Sin España. La cumbre que atajará los más graves problemas de la crisis económica mundial no contará con el país cuyo gobierno lidera José Luis Rodríguez Zapatero. Aún empeñado en que habrá representación española “en cualquier formato” en la reunión del futuro 15 de noviembre, lo cierto es que volvió con las manos vacías de la VII Cumbre Euroasiática de Pekín y que sus acuerdos con Sarkozy sólo quedaron en palabras.

Reúne a los 20 países más industrializados y con mayor porvenir económico internacionalmente. Es la cumbre para la que la Casa Blanca, dadas las características anteriores, pensó en los ministros de economía de Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos, con el fin de organizar el encuentro en el que, como potencias reales y emergentes del G20, intentarán dar solución a la crisis que acecha al sistema financiero mundial. Pero España no se encuentra en la lista de los convocados, algo que recuerda de alguna manera al encuentro del pasado 4 de octubre, en el que los mandatarios de Francia, Alemania, Italia e Inglaterra se reunieron para llegar a acuerdos con respecto al mismo asunto, aunque más centrados en el continente europeo, y donde se olvidaron también de Zapatero. Pese a que el jefe del Ejecutivo francés, Nicolás Sarkozy, hablara de la relevancia de España dentro de la cumbre, hechos posteriores demostraron justo lo contrario. El líder galo sugirió poco más tarde ante el Parlamento europeo que sería aconsejable que asistieran los miembros del G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia) y el G5 (entre los que aparecen China, India y Brasil). Esta segunda posición del presidente francés quedó más que demostrada tras la reunión del pasado 19 entre el presidente estadounidense, George Bush, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el propio Sarkozy, en la cual se establecieron los invitados definitivos. Zapatero tiene, no obstante, una visión muy optimista sobre esta exclusión de España como potencia económica mundial, ya que advierte participará en la cumbre “en el formato que sea”. El viaje a la VII Cumbre Euroasiática de Pekín se perfiló como ocasión perfecta para conseguir apoyos y convencer a los organizadores de que España debiera formar parte de la convención, pero Zapatero llegó a España sin confirmar asistencia alguna en Washington. Por ahora, le quedan tan sólo dos bazas: que Sarkozy le ceda un puesto de los dos que le corresponden a Francia como miembro del G20 y presidente de la UE, y la mediación del presidente del G20 y presidente de Brasil, Lula da Silva. Todas las esperanzas del mandatario español, por todo lo anterior, se depositan sobre todo dentro de las fronteras europeas, ya que la voluntad de Estados Unidos parece clara por el momento.