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RELIGIÓN

La fe da sentido a la vida y ayuda a calmar el dolor de los enfermos

Por Esteban del PozoTiempo de lectura2 min
Sociedad03-10-2008

Una de las frases para la posteridad que dejó Jesucristo fue que la “fe mueve mueve montañas” y, por lo menos en el caso de los enfermos con dolor, parece que se cumple. Un estudio realizado por científicos, filósofos y psicólogos demuestra que una persona que está sufriendo una enfermedad padece menor aflicción que otra no creyente.

El trabajo fue realizado por expertos de las universidades británicas Oxford y Cambridge: 24 voluntarios, 12 de ellos católicos practicantes y 12 agnósticos se sometieron a la prueba. Los investigadores pusieron a cada voluntario dentro de un escáner de resonancia magnética funcional para detectar la activación de diferentes zonas cerebrales. Primero, cada persona pasó 30 segundos observando la imagen de una mujer. Luego, con la imagen todavía en pantalla, recibió durante 12 segundos 20 pulsos eléctricos breves en el dorso de la mano izquierda (previamente se había determinado para cada uno la intensidad requerida para producir un dolor moderado). Las pinturas eran muy similares. La primera era La Dama con armiño pintada por Leonardo da Vinci entre 1488 y 1490. La segunda era La Virgen María de Giovanni Battista Salvi, il Sassoferrato, en el siglo XVII, y bautizada como Vergine annunciate. Los resultados del estudio aparecerán en la revista Pain (en epañol, Dolor). Estos demuestran que las alteraciones en la forma de percibir el dolor implican la activación de una zona muy específica del cerebro, la corteza prefrontal ventrolateral derecha, un área de la que ya se sabía que tiene relación con la atenuación cognitiva del dolor y sólo actúa cuando experimenta vivencias de gran carga emocional. Tanto creyentes como agnósticos reportaron niveles de dolor muy similares cuando los choques se dieron tras ver la pintura de Leonardo. Pero cuando la electricidad se les aplicó después de ver la imagen de la Virgen, los resultados cambiaron: los católicos reportaron niveles de dolor 12 por ciento inferiores a los que advirtieron los no católicos. Según uno de los expertos que realizaron la investigación esto se debía a que “los católicos fueron capaces de activar un mecanismo cerebral que sabemos está involucrado en la analgesia y la supresión emocional. Esta zona ayuda a la gente a reinterpretar el dolor y a hacerlo menos amenazante. Es decir, los católicos se sentían seguros al mirar a la virgen María, se sentían cuidados”. Sin embargo otro científico, Matthew Lieberman de la Universidad de California en Los Ángeles, dice que sería bueno profundizar en la investigación ya que la imagen lo que puede producir es distraer la atención y no calmar el dolor. “Los aficionados a los coches que vieran fotos de coches reportarían menos dolor para el primer caso, pero no para el segundo”, afirmó.