Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

FRANCIA

Sarkozy se apoya en un socialista para reformar la Constitución

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Internacional27-07-2008

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, salvó su reforma constitucional in extremis gracias al voto favorable de un miembro del Partido Socialista. Las modificaciones de la Carta Magna, ya aprobadas, han sido tildadas de presidencialistas por la oposición, aunque el Parlamento y los ciudadanos reciben nuevos poderes.

Los parlamentarios franceses aprobaron el texto en una reunión extraordinaria en el Palacio de Versalles. A priori, el "no" a la reforma debería haber ganado, dado que la Unión por un Movimiento Popular (UMP) necesitaba un 60 por ciento de aceptación y sus escaños sólo llegan al 58 por ciento, pero Jack Lang, ex ministro del Partido Socialista y miembro de la comisión de revisión constitucional acabó decantando la balanza para el Gobierno conservador. El resultado de la votación y la actitud rebelde de Lang abrieron todo tipo de críticas entre los diputados. Sus colegas de partido calificaron la victoria de Sarkozy de "patética" y criticaron al ex ministro por "no jugar al juego de la solidaridad colectiva", en alusión a la disciplina de partido violada. El presidente de la Cámara de diputados, Bernard Accoyer, reconoció que el resultado fue "muy ajustado", algo que la oposición interpretó como una señal del poco calado entre la gente que tendrán las reformas. Sin embargo, Accoyer afirmó que la reforma "dotará de instrumentos a la República para acercar a los ciudadanos a sus parlamentarios e instituciones". La reforma constitucional francesa ha sido planteada por Sarkozy como un refuerzo de los poderes del Parlamento, si bien la oposición cree que lo que realmente se pretende con las modificaciones es una presidencialización de la República. No obstante, las reformas más llamativas que sugiere el texto son en contra del poder de la figura del presidente, como la limitación de los mandatos a tan sólo dos o la cesión del control de nombramientos y de la aprobación de misiones militares en el extranjero al Parlamento. Asimismo, las modificaciones constitucionales dotarán a los ciudadanos franceses de nuevos derechos como por ejemplo la posibilidad de convocar referendos de iniciativa popular o la garantía de que se someterá a su consulta cualquier adhesión de futuros países a la Unión Europea, todo un guiño a la hipotética entrada de Turquía en la UE.