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INFANCIA

Un tratamiento puede erradicar el hambre de 20 millones de niños afectados

Por Leticia PradoTiempo de lectura1 min
Sociedad23-07-2008

La subida de los precios de los productos de primera necesidad ha producido la ya famosa crisis económica en alguno de los países desarrollados. Pero este incremento no sólo ha perjudicado al ahorro de las familias, sino que ha tenido una gran repercusión a nivel mundial aún desconocida para muchos: la desnutrición de millones de niños. Médicos Sin Fronteras afirma que es posible erradicar la situación con la ayuda de todos los Gobiernos para garantizar los tratamientos con alimentos terapéuticos.

Ready to Use Therapeutic Food (RUTF) es el nombre del tratamiento que podría evitar la muerte de un millón de niños cada año. La crisis económica generalizada ha derivado en un importante desequilibrio alimenticio poco beneficioso para el lento avance en la solución de un problema que afecta a 20 millones de menores de cinco años. La ONG Médicos sin fronteras afirma que el método podría ayudar a conseguir el primer Objetivo del Milenio que busca erradicar la pobreza extrema y el hambre. Todos los menores que sufren desnutrición aguda necesitan una serie de alimentos de origen animal, como la leche, sus derivados y los huevos, a los que no pueden acceder. El RUTF consiste en sobres de una pasta alimenticia que contiene los 40 nutrientes que los niños en fase de crecimiento, entre los seis meses y los dos años, necesitan para desarrollarse adecuadamente. Es un preparado que no necesita agua para su consumo, de tal manera que reduce el riesgo de infección bacteriana, y puede suministrarse en el propio hogar. Estas características convierten al tratamiento en la solución más eficaz, con unos resultados de curación de casi el 90 por ciento. Pero los sobres sólo llegan al tres por ciento de los afectados. Por ello, Médicos sin Fronteras ha alertado sobre la situación y ha querido que los Gobiernos de los diferentes países colaboren para poder proporcionar los alimentos terapéuticos a los que lo necesitan. La solución tradicional consistía en internar a los niños en hospitales para alimentarles a base de productos lácteos. Pero este avance supondría realizar el tratamiento en los hogares y salvar la vida de las tres cuartas partes de los enfermos.