MEDIO AMBIENTE
Los niveles de contaminación en España aún superan lo pactado en Kioto
Por Paula López
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Sociedad25-07-2008
Ecologistas en acción realizó recientemente un informe en el que señalaban la cantidad de contaminación que respiran los españoles: casi la mitad de los ciudadanos respira aire contaminado por encima de los límites legales establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mayor parte de esta polución se debe al tráfico, sobre todo, a los tubos de escape de los vehículos. El estudio, realizado por esta ONG por tercer año consecutivo, también determina que Madrid es la comunidad más perjudicada: ocho de cada diez personas respira aire insano. Extremadura le sigue muy de cerca con siete perjudicados por cada diez habitantes.
El estudio destaca que el principal contaminante en el territorio español son las partículas en suspensión (sustancias dispersas en el aire procedentes de la combustión de carburantes fósiles en el tráfico). Éstas pueden producir graves daños en el sistema respiratorio, incluso, directamente en el pulmón. Según el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, este tipo de contaminación ambiental es la culpable de 16.000 muertes anuales, cuatro veces más que las producidas por accidentes de tráfico. La alarmante situación de contaminación en España le puede salir cara al país, ya que está incumpliendo las normas establecidas en el protocolo de Kioto. Según un informe encargado por Iberdrola, el Gobierno debería pagar entre 8.500 y 9.500 millones por el incremento de las emisiones contaminantes por encima del compromiso pactado. Así, según dictamina el estudio, entre 2008 y 2009, el país debería limitar al 15 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero con respeto a 1990. Pero las emisiones se incrementaron en un 33 por ciento, una cifra que sobrepasa el 18 por ciento de lo establecido y la tendencia va en aumento. Otros países como China(segundo contaminador mundial) e India ni lo intentan. Se niegan a reducir las emisiones de CO2. No están de acuerdo en limitar su consumo de carbón, producto del que disponen en abundancia, aunque se trate de una energía con un alto grado de contaminación.