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ABSUELTO 11-M

Repatrían a Siria a Ghalyoun pese a las posibilidades de que sea torturado

Por Raquel RodrigoTiempo de lectura3 min
España22-07-2008

No pudo hacer uso de su libertad. Nada más poner un pie fuera de la cárcel, fue detenido de nuevo por agentes de la Policía Nacional que le esperaban a la salida, para comunicarle que no podía continuar en España porque no tenía regularizados los papeles. Cinco días más tarde, fue repatriado a su país, Siria, donde lo más probable es que le maltraten y le torturen, según Amnistía Internacional.

El Tribunal Supremo le absolvió del delito de autoría material de los atentados del 11 de marzo de 2004, pero al no poderse probar, anularon su condena de 12 años de prisión. Tras la anulación, fue puesto en libertad desde la cárcel de Pontevedra, en la que se encontraba recluido. A la salida, los agentes de la Policía Nacional que le esperaban, le comunicaron que no podía continuar en España, al no tener los papeles en regla, y le trasladaron inmediatamente al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Carabanchel, Madrid, donde permaneció hasta su repatriación. La presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo no dudó en pedir su expulsión, afirmando que “han liberado a radicales yihadistas. “No lo digo yo, sino la sentencia del Supremo, al menos deberían ser expulsados, ya que no tienen papeles”, añadió. El abogado de Ghalyoun, José Luis Abascal, denunció la situación de su defendido ante la Audiencia Nacional y el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo (TDHE), al considerar que la orden de expulsión inicial se tramitó por un delito de terrorismo del que ha resultado absuelto. Abascal recurrió el auto de expulsión, alegando que Ghalyoun había obtenido la residencia en España, donde disponía de trabajo legal en el momento de su detención, y que no pudo renovar los papeles en el momento oportuno al encontrarse en prisión. Tampoco sirvió de nada la petición de asilo en España. Por su parte, Ghalyoun intentó iniciar una huelga de hambre para evitar su extradición, que no tuvo ningún efecto. El sirio cuenta también con la ayuda de Amnistía Internacional (AI), que condenó públicamente la devolución de Ghalyoun a su país. AI cree que “en Siria, Basel Ghalyoun corre un peligro indudable de ser sometido a tortura y otros malos tratos”. Además, la ONG considera que “esta devolución se ha llevado a cabo en contra de lo establecido por el derecho y las normas internacionales de derechos humanos”, ya que España forma parte de varios tratados internacionales “que prohíben de manera expresa la devolución de una persona a un país donde pueda correr peligro de tortura”. AI pidió al Gobierno español que cumpliera con las obligaciones contraídas con la firma de estos tratados, y le recordó “su obligación, establecida por el derecho tanto regional como internacional, de no devolver a ninguna persona, independientemente de su condición, a una situación en la que pueda sufrir tortura u otras violaciones graves de derechos humanos”. La ONG afirma que “la tortura y otros malos tratos son un fenómeno generalizado en los centros de detención e interrogatorio de Siria. Las personas que corren especial peligro de sufrirlos son aquellas a las que las autoridades sirias consideran islamistas o que se encuentran en posesión de información sobre actos terroristas”. El TS basó su absolución en que las pruebas disponibles en su contra “no permiten establecer ninguna otra actividad más allá de algunos contactos” con personas relacionadas con el atentado del piso de Leganés, pero no se pudo demostrar “ninguna acción concreta que pueda relacionarse con las actividades de la célula terrorista”, ya que las pruebas en su contra son “excesivamente genéricas y superficiales”. En cuanto a la nota manuscrita por Ghalyoun, en la que afirmaba que había que matar “a los incrédulos, los enemigos de Dios y los hipócritas, el TS consideró que solo refleja “una lamentable forma de pensar”. El sirio abandonó España la mañana del 22 de julio en un vuelo con destino Damasco, acompañado por policías españoles que le custodiaron hasta su llegada a Siria.