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9-M

Los sondeos dan al PP su mejor resultado a tres semanas de las elecciones

Fotografía
Por Angie RigueiroTiempo de lectura3 min
España15-02-2008

Empate técnico. Ese el resultado que arroja la última encuesta del CIS sobre lo que sucederá en las elecciones del 9-M. Según los sondeos oficiales, el PSOE aventajaría sólo con un punto y medio al PP a tres semanas de los comicios. De este modo, los socialistas terminan el mandato sepultando buena parte de la ventaja de la que han gozado durante toda la legislatura, mientras que los populares se topan con el mejor pronóstico en cuatro años.

Este sondeo oficial realizado por el CIS cuenta con más de 18.000 entrevistas realizadas entre el 21 de enero y el 4 de febrero. Éstas reflejan que el PP sólo está a 1,5 puntos por debajo del PSOE. Esta distancia es la mejor que ha obtenido el PP en toda la legislatura, después del 1,2 registrado en enero de 2007, tras el atentado de la T-4. Pero para los socialistas en escaños, la verdadera clave de las elecciones, el PP ha empezado a pisarles los talones. El PSOE obtendría entre 158 y 163 diputados mientras que el PP ganaría entre 153 y 157. Esto indica que la distancia entre el partido del Gobierno y el de la oposición podría ser sólo de un escaño. En este sentido, el CIS pronostica las elecciones generales más reñidas de la historia de la democracia española. A pesar de la igualdad que ofrecen los datos, un 52,4 por ciento sostiene que serán los socialistas quien ganarán el 9-M, frente al 15,35 por ciento que piensa que lo hará el PP. Sin embargo, un 39,8 por ciento se mostró favorable a que ganase un partido distinto al que gobierna actualmente, frente a un 36,9 por ciento que prefiere que siga el mismo. Antes tales datos, el CIS ha aumentado la tensión de ambos partidos para ganar estas elecciones. Además, ha mostrado que los indecisos son aún un 30 por ciento. Entre ellos, un 38 por ciento duda entre el PSOE y el PP, y un 8 por ciento lo hace entre el PSOE e Izquierda Unida. Esto muestra que, más que nunca, la decisión final de estas elecciones estará en manos de los indecisos. Según el sondeo, un 72,2 por ciento de los encuestados asegura que acudirá a votar. Un 6,8 por ciento responde que tiene decidido no votar y un 4,9 por ciento dice que "probablemente" no lo hará. La participación electoral en las últimas elecciones generales fue del 75,66 por ciento del censo. La gestión del Gobierno en los últimos cuatro años es calificada como muy buena por el 2,5 por ciento, buena por el 25,5 por ciento y regular por el 41,2 por ciento de los encuestados. Por su parte, el 17,9 por ciento considera que la gestión ha sido mala y el 8 por ciento muy mala. En cuanto a la valoración de ambos políticos destaca el apoyo de los entrevistados a Zapatero, que no sólo gana a todos los demás políticos, sino que además es el que más sube (más de cuatro décimas). Rajoy también sube, dos décimas, pero se queda a 1,4 puntos de su rival. Además, el líder de los populares es mal valorado por los nacionalistas y ya no es tan valorado entre los suyos como lo es Zapatero entre sus votantes. Rajoy saca un 6,29 entre votantes del PP y Zapatero un 6,85 entre los socialistas. Estas últimas tres semanas de campaña van a ser decisivas para PP y PSOE. En este sentido, los debates electorales serán imprescindibles para ambos partidos. Éstos podrían romper el empate técnico al orientar entre uno u otro al casi un 40 por ciento de los indecisos. La campaña tanto de los populares y los socialistas estará marcada por el desgaste hacia el contrario. Los mítines, más que nunca, cobrarán verdadera importancia en estas elecciones ya que serán el escenario en el que tanto Zapatero como Rajoy certificarán el perfil alto de la campaña. Nada está escrito. En 1996, el CIS aseguraba la victoria del PP por siete puntos de diferencia. Ganó, pero por muy poca diferencia: sólo por un punto. En 2000 también confirmó la reelección de los populares pero no estimo la mayoría absoluta. En 2004, debido a la movilización de la sociedad por el 11-M, el pronóstico de mayoría absoluta del PP fue, finalmente, una victoria de los socialistas con una distancia de siete puntos.