Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Las tres recusaciones del PP devolverían el poder a los conservadores

Por Raquel RodrigoTiempo de lectura3 min
España26-10-2007

Las fuerzas estaban igualadas en el Tribunal Constitucional para la votación de la cláusula integrada dentro de la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC) conocida como enmienda Casas. Esta aboga por ampliar el mandato de la presidenta hasta un año, algo a lo que se opone el considerado como el sector conservador.

No obstante, las diferencias en torno a este asunto -clave para decisiones futuras- ha dado pie a una serie de maniobras llevadas a cabo, primero por el Gobierno y después por el PP, que amenazan con dejar al alto tribunal sin capacidad de movimiento. Está institución está integrada por doce magistrados con capacidad de voto. Además en el caso de la presidenta, Maria Emilia Casas, ese voto es cualificado de manera que vale doble. Pero precisamente, tanto Casas como el vicepresidente, Guillermo Jiménez habían decidido abstenerse de las votaciones sobre la LOTC, ya que su permanencia en esos cargos es consecuencia directa de la enmienda Casas. De ese modo el reparto quedaba con cinco magistrados conservadores en contra de la LOTC y otros cinco progresistas a favor. Pero en este caso el voto doble lo poseía el magistrado conservador Vicente Conde que ejerce como presidente en funciones del tribunal al ser el que más años lleva en la institución. Ante esta situación, el Gobierno -por medio del abogado del Estado- decidió romper este equilibrio favorable a los conservadores recusando a dos de sus miembros, Roberto García-Calvo y Jorge Rodríguez-Zapata. El Ejecutivo alega que ambos dirigieron a la presidenta un escrito en el que le hacían partícipe de su “profunda discrepancia” con el “resultado de la reforma” de la LOTC, en el punto que hacía referencia a su prórroga en la presidencia y pedían su dimisión. El abogado general del Estado, Joaquín de Fuentes, defendió su recusación porque ambos prejuzgaron la enmienda Casas, y que debido a ello carecen de la imparcialidad necesaria para examinar la norma. De este modo, y en caso de que la recusación prosperará, el sector conservador del TC resultaría en minoría. Por ello el PP decidió mover ficha anunciando que recusaría a tres magistrados del Constitucional y así recuperar el control del TC. El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, afirmó que lo harán por razones similares a las mantenidas por el Gobierno para recusar a García-Calvo y Rodríguez Zapata, ya que, alega, que “los motivos que se imputan a unos tienen que servir para todos”. En concreto, el PP recusará a los progresistas Pablo Pérez Tremps, Manuel Aragón y Pascual Sala. Se basan para ello en que los tres manifestaron su apoyo a la LOTC en una conversación mantenida con la presidenta del Constitucional, María Emilia Casas, en una reunión celebrada el pasado junio y a la que también asistieron dos magistrados conservadores. En el caso de que se aceptara también la impugnación anunciada por el Partido Popular, sólo quedarían cinco miembros en el TC, lo que supondría el bloqueo total de la enmienda por falta de quórum, al quedar habilitados para debatir el recurso del PP a la LOTC menos de la mitad de los 12 magistrados que componen el Pleno. Es decisión de Vicente Conde entonces decidir como votar las recusaciones, si por separado, si en bloque o si directamente y dado la falta de quórum estas se archivan y el tribunal no emite decisión alguna volviendo así a la situación inicial tras las abstenciones de Casas y Jiménez, es decir, la mayoría y por tanto el poder en manos de los conservadores.