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RELIGIÓN

La Iglesia tiende una mano al diálogo entre el Islam y cristianismo

Por María Reyes RomeroTiempo de lectura2 min
Sociedad15-04-2007

Los atentados del 11-S y del 11-M supusieron un punto de inflexión en las relaciones entre Oriente y Occidente, y en definitiva, entre el mundo católico y el mundo musulmán. Son muchas las diferencias entra ambas culturas que dificultan el diálogo y fomentan el debate social.

En su último viaje a Turquía fue el Papa, Benedicto XVI, el que señaló algunas de ellas como la manera de vivir la fe en el Islam que dificulta el razocinio, y la falta de identidad europea, en donde se llaman cristianos pero no viven el cristianismo. Asimismo, fue el propio Benedicto XVI durante su último viaje a Turquía, territorio de fusión de ambas religiones, el que habló de la necesidad de un acercamiento interreligioso, del cual depende, en gran medida, el futuro de la sociedad. Este acto, que muchos denominaron un intento de sepultar definitivamente la polémica surgida por sus palabras en un viaje anterior acerca del fundamentalismo islámico, defendía un diálogo verdadero, sincero y continuo, sin el que "no habrá disponibilidad de paz" y que debe basarse en las cosas que tienen en común ambas culturas, siempre sin olvidar aquellas que las diferencia. "Tanto los cristianos y los musulmanes pertenecen a una misma familia; la de los que creen en un único Dios, en el mismo Dios" explicaba el Pontífice que defendió en todo momento la similitud de muchas tradiciones así como la conciencia de un origen histórico similar en el que se hace referencia a Abrahám. El Santo Padre, defendió que por muy diferentes que ambas culturas pudiesen ser, esta unidad "humana y espiritual" las acerca y las "impulsa a buscar un camino común", que se facilitaría con el diálogo. El hecho de quedarse sólo aquello que comparten ambas religiones haría del entendimiento algo "vacío" y "carente de sentido". Por ello, Benedicto XVI explicó aquellas premisas que deben cumplirse para que pueda llegarse a un entendimiento. De este modo, asegura que la cuestión clave y principal para sostener esta interrelación religiosa es "la reciprocidad". Ambos mundos deben ceder y aprender del otro. Los cristianos deberían aprender de la sociedad islámica por ejemplo, el sentido de la familia o la fuerza con la que viven la fe. Por su parte la sociedad musulmana, según definía el Sumo Pontífice, "tiene que avanzar ofrecer una visión clara de la misión de la mujer, además de respetar el derecho a las minorías". Pero el Papa también declaró como fundamental otros factores de esta reciprocidad como que el "reconocimiento de los derechos que tienen los musulmanes en España también "lo disfrute un cristiano en un país musulmán", donde en muchas ocasiones "es difícil abrir iglesias" y "uno tiene que comportarse de acuerdo con la cultura islámica". En definitiva, la Iglesia tiende una mano a la reconciliación en busca de la paz y basada en la tolerancia y en el desprecio al conflicto, todo "contando tan sólo con las armas de fe".