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PREMIOS PRÍNCIPE

Un cuarto de siglo reconociendo valores

Por Roberto González. OviedoTiempo de lectura2 min
Cultura22-10-2006

El primero en tomar la palabra en la ceremonia de entrega fue José Ramón Álvarez Rendueles, Presidente de la Fundación Príncipe de Asturias. Pronosticó que "va camino de hacerse feliz realidad nuestro máximo objetivo, nuestro anhelo de que los Premios Príncipe de Asturias se conviertan en los más importantes galardones culturales y científicos en el ámbito internacional".

También añadió que "vemos hacerse realidad el hermoso deseo expresado hace ya años por S.A.R. el Príncipe de Asturias de que nuestros Premios sean, ante el mundo, una gran obra de los españoles unidos". Después le llegó el turno a Paul Auster (Premio de las Letras) quien en nombre de todos los premiados agradeció el reconocimiento otorgado. Exaltó el mero hecho de ser humano con sus palabras "la creación de una obra de arte es lo que nos distingue de las demás criaturas que pueblan este planeta, y lo que nos define, en lo esencial, como seres humanos". Tras este discurso, y como marca el protocolo de la ceremonia, todos los premiados subieron al estrado para recoger, de manos del Príncipe de Asturias, el diploma y la insignia que les acredita como ganadores del Premio. Después fue Bill Gates, galardonado a través de la Fundación Bill y Melinda Gates por sus proyectos filantrópicos, quien pronunció unas palabras. Consideró un honor estar en Oviedo para recoger un galardón que, anunció, compartirá con "todos los que trabajan para conseguir que se cumpla el principio de que todas las vidas tienen la misma importancia". Además, aludió a la cooperación como "uno de los instrumentos necesarios para resolver los grandes problemas a los que se enfrenta hoy el mundo". La siguiente en intervenir fue Mary Robinson, ex presidenta de Irlanda y Premio de Ciencias Sociales. Pronunció su discurso completamente en español sobre la inmigración: "no podemos defraudar a estas personas. Reconocer nuestra humanidad común en los rostros de los inmigrantes nos debe inspirar para reafirmar nuestra dignidad común y construir sociedades plurales, diversas y democráticas en nuestros países, y asegurar un desarrollo equitativo más allá de nuestras fronteras". Por último, el Príncipe tomó la palabra para reflexionar sobre la historia de la Fundación Príncipe de Asturias, los Premios que entrega y los valores que se han venido reconociendo desde hace ya 26 ediciones. Tras repasar los méritos y valores de cada uno de los premiados de este año, resaltó la importancia de educar en valores a la juventud, para que poco a poco sean partícipes de la evolución global "para que se engrandezcan con esos valores, se alejen de toda posible desesperanza y se sumen con ilusión a la gran aventura de la vida en paz, plenitud y responsabilidad". Don Felipe resaltó que se ha "alentado la generosidad sobre el egoísmo, la concordia sobre la división, la convivencia sobre el fanatismo, el compromiso sobre la indiferencia". Y todo ello gracias al marco democrático del que hoy gozamos en España "Los Premios y la Fundación que los sustenta, aúnan en la historia de su éxito las mismas virtudes que han guiado la vida de los españoles durante los últimos años: determinación y prudencia, firmes convicciones, fe y confianza en nuestro proyecto común".