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FÚTBOL

El Barça vuelve a ser grande en Europa

Por Jesús RosellTiempo de lectura3 min
Deportes17-05-2006

En el momento en que el capitán, Carles Puyol, alzó el trofeo de campeón en Saint-Denis, el Barça cumplió con el cartel de gran favorito. Por el camino, además, apeó a dos de los grandes aspirantes, el Milán y el Chelsea. También fue más que destacada la actuación del Villarreal, que en su debú en la máxima competición europea se coló entre los cuatro mejores. El Real Madrid, en cambio, siguió con la línea gris de las últimas temporadas y cayó, sin pena ni gloria, en octavos de final. El otro debutante, el Betis, empezó fuerte, derrotando al Mónaco en la fase previa, pero quedó fuera en la liguilla.

La competición comenzó pronto para muchos equipos de postín como el Manchester United, Ínter de Milán, Ajax de Ámsterdam, e incluso el vigente campeón, el Liverpool. No hubo grandes sorpresas excepto el apocado Mónaco, que sucumbió contra un Betis que llegó crecido a su estreno en la Copa e Europa. También el Villarreal dejó en el camino al Everton. Ambos conjuntos españoles, junto al Real Madrid y Barcelona, disputarían la liguilla de la primera fase. Con la clasificación de estos dos equipos había cuatro representantes españoles: Betis, Real Madrid, Villarreal y Barcelona. Pero los sevillanos tuvieron la mala fortuna de compartir grupo junto a los ingleses del Liverpool y Chelsea, dos cocos que no le dieron opción. Al menos, con una victoria sonada contra los de José Mourinho, pudo continuar en la Copa de la UEFA, aunque sin la ilusión de la Championlí, la temporada en Heliópolis ya no volvió a ser la misma. Los merengues, en tanto, no dieron muestras de fortaleza y acabaron por detrás del Olympique de Lyon, en un grupo con rivales flojos como el Rosenborg y el Olympiakos, que llegó a derrotar a los de Vanderlei Luxemburgo en terreno ateniense. Además, la liguilla dio las primeras pistas sobre los conjuntos más fuertes: Barcelona, Lyon, Juventus, Arsenal e Ínter pasaron líderes de grupo. También se clasificaron, segundos, otros gallitos como Bayern de Munich y Chelsea. Pero entre ellos no estuvo el Manchester, campeón en 1999, que ni siquiera pudo lograr una plaza para continuar en la Copa de la UEFA. El Lyon de Gérard Houllier dejó una buena impronta y apenas sufrió para eliminar al PSV Eindhoven. El Milán tampoco tuvo problemas para deshacerse de un Bayern que, con escasa oposición en su liga, fue apenas un espejismo del equipo dominador de antaño. Otro que anda lejos de sus mejores años es el Ajax de Ámsterdam, apeado del torneo por un rocoso Ínter de Milán. El Liverpool, en tanto, se confió y lo pagó ante un ambicioso Benfica, que de la mano de Ronald Koeman reverdeció laureles. El Juventus, en cambio, las pasó canutas contra el Werder Bremen, y sólo avanzó por un tremendo fallo del guardameta alemán. El Real Madrid, en crisis ya galopante, no pudo ni siquiera marcar un gol en dos partidos al Arsenal, que con una extraordinaria jugada de Thierry Henry decantó la eliminatoria. El Villarreal, en cambio, hizo valer la superioridad que se le presuponía respecto del Glasgow Rangers. El Barça se vengó de su eliminación, la temporada anterior, en Stamford Bridge, y se hizo con una victoria que dejó en evidencia el fútbol trabajado, pero más plano, del Chelsea de José Mourinho. Los cuartos ofrecieron un gran espectáculo. El Barça, aunque no tuvo gol con la fluidez que se esperaba, no dio opción al Benfica, mientras que el Arsenal dejó en evidencia a un deteriorado Juventus. El Milán estuvo a punto de quedarse fuera, pero la pegada de Filippo Inzaghi y Andriy Shevchenko valió para superar in extremis al Lyon. El Villarreal continuó superándose y, con un nuevo gol del argentino Rodolfo Arruabarrena, tumbó al Ínter para entrar en la historia. En semifinales, Milán y Barcelona disputaron la final anticipada. Pero los de Frank Rijkaard se mostraron superiores en ambos encuentros: ni siquiera el máximo goleador de la historia de la Liga de Campeones, el ucraniano Shevchenko, pudo evitar el adiós del conjunto rossonero. Lo mismo le ocurrió al Arsenal, que despertó al Villarreal de su sueño. El gol marcado en la ida por el central Kolo Touré sirvió para colocar a los gunners en su primera final. Aunque Juan Román Riquelme tuvo la prórroga en sus pies, falló un penalti en el tiempo de descuento.