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MERCADO CONTINUO

Se da el ‘Efecto Mariposa’ en las bolsas mundiales

Por Raquel GonzálezTiempo de lectura1 min
Economía19-10-2001

Los inversores tienen miedo a un desplome que acabe con lo ganado, o lo salvado, hasta ahora. Cualquier noticia que pueda afectar a sus inversiones les pone en alerta. Algo muy lógico en los buenos especuladores, pero que hace patente el nerviosismo que de un tiempo a esta parte, concretamente desde un 11 de septiembre, se vive en el parqué.

Parecía que el sol comenzaba de nuevo a brillar. El Ibex 35 había recuperado casi un 22 por ciento desde el mínimo alcanzado el pasado 21 de septiembre. Esos niveles tan bajos no se veían en la bolsa desde noviembre de 1997. El avance, todo un logro para los tiempos que corren, vino impulsado por los valores tecnológicos, las telecomunicaciones y los bancos. Pero eso fue a principios de semana. Luego comenzaron a sucederse las noticias y las declaraciones nada alentadoras. Todas las bolsas del mundo bajaron y la española encabezó la retirada perdiendo un 2,7 por ciento. Ocurre aquello que reza la frase Cuando una mariposa bate sus alas en Nueva York, provoca un tornado en Pekín. Son consecuencias de la globalización existente y que poéticamente se ha venido a llamar Efecto mariposa. Comenzaban las puestas en alerta con las declaraciones de Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, que anunciaba un recorte en las previsiones de crecimiento del presente año en un 1,5 por ciento. El nerviosismo entre los Quince fue tal que incitaron al Banco Central Europeo a que bajase los tipos de interés para así estimular el consumo y evitar una recesión. Pocos confían ya en la estabilidad de la economía, en Alemania parece que se fían menos que en ningún sitio. El Instituto para la Investigación Económica alemán (IFO) afirma que la confianza de los empresarios alemanes ha bajado en casi un cinco por ciento, una cota que no se alcanzaba desde hacía 27 años. Aunque no se quiere alertar en demasía, porque eso provocaría un efecto fuga aún más apocalíptico, lo cierto es que la desconfianza es palpable. Se une la crisis coyuntural con el fin de un periodo cíclico expansivo de la economía.