MUNDIALES DE CICLISMO
Un español atípico
Por Andreu Romero2 min
Deportes14-10-2001
Nacido en Torrelavega, Freire ha roto con el estereotipo que encasillaba a los españoles como mediocres corredores de Mundiales. Al contrario, con tan sólo 25 años ha conseguido su tercera medalla consecutiva y su segundo campeonato del Mundo.
Óscar Freire inició su andadura profesional en el ciclismo en 1998, con el equipo (ya desaparecido) Vitalicio, aunque después de ganar en 1999 su primer Mundial, lo aprovechó para irse a un equipo de gran potencial, el italiano Mapei. Su victoria en Verona, con una fuga en el último kilómetro, rompió la leyenda de que a los españoles no se les dan bien las clásicas. Freire comenzó a destacar como un inteligente sprinter en Verona, aunque se benefició del hecho de ser un desconocidoen el pelotón internacional. Se enfundaba un maillot arco iris que rozó el año pasado, cuando quedó tercero por detrás de Romans Vansteins. Este año ha logrado repetir la historia y se convierte en el primer español que ha ganado dos veces el Mundial de ruta, además de ser el décimo ciclista de toda la historia que lo consigue. Con todo, la fijación de Freire por las clásicas ya la apuntó en su último año como juvenil, en 1997, al conseguir la plata en la categoría sub-23 del Mundial disputado en San Sebastián, en 1997. Desde entonces, le avalan diez victorias de etapa como profesional, entre ellas dos en la Vuelta a España, con el mérito añadido de tener que sobreponerse a una lesión de espalda que no ha conseguido descubrir ni curar, y que le obliga a dosificar sus apariciones en la competición. Aun así, las victorias conseguidas en la Vuelta a Alemania, en la Vuelta a Burgos y en el Mundial, así como el segundo puesto que logró en la clásica París-Tours son un botín valioso para un corredor con apenas un mes de competición en toda la temporada, lo que avala su potencial y su clase. De hecho este año abandonó la Vuelta después de superar con escasa fortuna las etapas que le eran propicias en su tierra. Su objetivo era preparar en condiciones la carrera de Lisboa. Una vez conseguido su objetivo con el apoyo de todo el equipo español, Freire deberá defender ahora por segunda vez el jersey arco iris de campeón del mundo, después de una victoria que dedicó a su abuela enferma y todos aquellos que le han apoyado.