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ESQUÍ

Italia se resiste a modificar su legislación antidopaje

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Deportes04-12-2005

El desacuerdo entre la normativa olímpica y la legislación italiana, que prevé penas de cárcel para quienes den positivo, es uno de los grandes escollos que aún deben superar los Juegos Olímpicos de Turín 2006. Otros aspectos mejorables, a juicio del Comité Olímpico Internacional (COI), son los transportes públicos y la dotación de servicios para las villas olímpicas.

La Comisión de Coordinación del COI, presidida por el ex esquiador francés Jean-Claude Killy, se mostró optimista en su última reunión antes de los Juegos Olímpicos de Invierno. No obstante, aún existen algunos problemas pendientes, tales como “el estado de las estructuras temporales [el estado de algunas villas y los servicios para los deportistas], indispensables para los servicios en las zonas de competición, y el sistema de transportes, que aún deja algunas interrogantes”. En este último aspecto, se tratar de evitar la utilización de parte de los vehículos privados, pero la llegada a algunas zona de montañas se ve complicada por las estrechas carreteras y la ausencia de zonas de parking “no oficiales” en los tramos finales. Otro problema es el estado del aeropuerto turinés de Caselle, en un estado alarmante de obras. Aunque los miembros del comité organizador (TOROC) confían en que pueda ser inaugurado en enero de 2006, se antoja una “misión casi imposible”. Pero sobre todo, está sin resolver un problema más preocupante, el originado por la ley antidopaje italiana, que prevé penas de cárcel para los deportistas que den positivo en los controles. El COI, en cambio, es contrario a que un dopaje conlleve la prisión para un deportista y a que haya registros en las villas durante los Juegos. Cuando los Juegos de Invierno fueron concedidos a Turín existía el compromiso del Gobierno italiano de seguir las normativas del COI, pero en la actual legislatura italiana existe un rechazo a cambiar la ley a pesar de los esfuerzos de Mario Pescante, supervisor general del TOROC. En este punto, Killy afirmó que “como atleta, o ex atleta, no hay que tomar nada, un deportista debe atenerse al espíritu olímpico o si no quedarse en casa. Y espero también que se llegue a una solución entre el COI y el Gobierno italiano”. Con la llegada de la llama olímpica a Roma, Pescante prevé reunirse con el belga Jacques Rogge, presidente del comité olímpico, para intentar acercar las posturas con el Estado italiano. El del dopaje es un asunto candente, sobre todo después de que Bode Miller, vigente campeón de la Copa del Mundo dе esquí alpino, mostrara su desacuerdo con las reglas del esquí sobre el dopaje y defendiera el uso de sustancias para mejorar el rendimiento de los deportistas. Aunque más adelante matizó sus palabras y afirmó que se refería a la restricción en el uso de determinados medicamentos, dado que contienen sustancias prohibidas, y perjudica la recuperación de los atletas de una enfermedad, el estadounidense –que también se queja de la comercialización del deporte y la parafernalia que rodea a la alta competición– tuvo un duro enfrentamiento con el presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), el canadiense Dirk Pound, y recibió un aluvión de críticas por sus declaraciones.