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ESTATUTO CATALÁN

El proyecto de Estatuto inicia ahora su nueva andadura en Madrid

Por La SemanaTiempo de lectura2 min
España02-10-2005

El proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña ha sido aprobado en el Parlamento autonómico después de meses de negociaciones, de enfrentamientos, de acuerdos y desacuerdos. Ahora todo son abrazos sonrisas y felicitaciones. No obstante, la reforma estatutaria tan sólo ha dado el primer paso en dirección a su aprobación definitiva. Ahora viaja a Madrid para continuar su trámite, que se presenta todavía más complicado.

Esta previsto que el miércoles 5, el presidente de la Cámara catalana, Ernest Benach, entregue personalmente en el Congreso de los Diputados el nuevo Estatuto autonómico. A partir de ese momento, su futuro pasará a depender de las Cortes Generales. La primera escala será la Mesa del Congreso que esta formada por representantes de distintos partidos políticos. En su primera reunión, este organismo decidirá el modo de tratar la reforma estatutaria. Sin embargo, esta decisión aparentemente sencilla presenta los primeros enfrentamientos. Desde el Partido Popular (PP) defienden que el texto salido de las Cortes catalanas persigue una reforma constitucional y no simplemente estatutaria, por lo que el modo de tratamiento debería ser como el de una reforma constitucional. En ese caso, la situación cambiaría ya que el voto del grupo parlamentario popular pasaría a ser decisivo. Una vez calificado por la Mesa, el texto va a Pleno. En este paso, previsto para el mes del Noviembre, se produce el debate de admisión a trámite donde se vota si se tramita o no el Estatuto. Este debate seguiría el mismo procedimiento que el que se dio con motivo de la discusión del Plan Ibarretxe, también en el Congreso de los Diputados. Podrá participar una delegación elegida por el Parlamento catalán que viajaría a Madrid para defender el texto ante los diputados. Del mismo modo, podrán intervenir todas las fuerzas políticas presentes en el hemiciclo e incluso el Gobierno si así lo desea. Tras el debate, el voto de las fuerzas nacionalistas afines a la reforma, sumado al apoyo del Partido Socialista (PSOE) sería suficiente para que la reforma diese el siguiente paso. Iría a parar a la Comisión Constitucional presidida por el ex vicepresidente, Alfonso Guerra, que en más de una ocasión se ha manifestado en contra del nuevo Estatuto catalán. Allí un grupo de diputados de distintos partidos negocian si se hacen enmiendas, si se retocan algunos aspectos, o si, por lo contrario, se deja como esta. Después de esa negociación la Comisión Constitucional aprueba el resultado y la reforma vuelve a ir a Pleno. Esta vez ya si que se vota su aprobación o su rechazo. En caso de ser aprobada, tan sólo le quedaría ya pasar por el Senado donde se repetiría el mismo procedimiento. Y en caso de que el Senado aplicase cambios en su redacción antes de aprobarlo, el Estatuto catalán debería regresar al Congreso para que el Parlamento aprobase dichos cambios. Este largo y complicado proceso tiene previsto su final para la primavera de 2006, momento en el que según la formula catalana, deberá ser sometido a referéndum entre los ciudadanos catalanes.