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INDONESIA

Al Qaeda deja, al menos, 36 muertos en Bali

Por Dania MullerTiempo de lectura1 min
Internacional02-10-2005

La historia se repite. La turística isla de Bali en Indonesia ha sido atacada por suicidas pertenecientes a la banda terrorista Yemaa Islamiya. Ya en el año 2002 Bali sufrió la mayor tragedia de su historia después de que unos atentados acabaran con la vida de, al menos, 202 turistas y locales.

Los atentados se produjeron el pasado sábado en dos zonas muy turísticas de Bali, Jimbaran y Kuta. El resultado es, al menos, 36 muertos y cientos de heridos. El presidente de Indonesia, Suslio Bambang Yudhyono, no ha dudado en culpar a grupos terroristas de las explosiones, advirtió de la posibilidad de que los atentados se repitan y anticipó que perseguirá a los responsables y los llevara ante la Justicia. Un experto en seguridad declaró en Yakarta, capital de Indonesia, que los atentados fueron cometidos por militantes del grupo Yemaa Islamiya –vinculado a la red terrorista Al Qaeda-. Los ataques ocurrieron en dos restaurantes repletos de comensales indonesios y extranjeros. La primera explosión ocurrió en el Café Raja de Kuta, las dos siguientes bombas estallaron en la playa de Jimbaran, una más en Nusa Dua y la última junto al local de Hard Rock Café en Kuta. Los tres pisos del edificio quedaron parcialmente destruidos. Se conoce que uno de los cerebros de estos atentados también actuó en los atentados de 2002 como creador de las bombas. Azahari Husin como se llama el responsable, es un graduado de la Universidad de Reading, Inglaterra, y es muy posible que se vinculara a los terroristas en ese mismo país. Los atentados del año 2002 también se atribuyeron al grupo terrorista Yemaa Islamiya. La tragedia afecto gravemente a la isla que se suministra básicamente del turismo. Ahora tres años después, cuando la situación se estaba mejorando, la historia se repite y los turistas huyen masivamente de vuelta a sus hogares. Bali es una isla ideal para los turistas, hippies y surfistas por lo que muchas de las víctimas rondan entre los 20 y 30 años. Esta vez los daños económicos, además de los emocionales, tardarán más en recuperarse ya que el miedo de un nuevo atentado está más presente que nunca.