Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

El PP califica la reforma del IRPF de “vaga” y “poco ambiciosa”

Por Nieves AbancénsTiempo de lectura2 min
Economía02-04-2005

La nueva reforma del IRPF presentada por el ministro de Economía, Pedro Solbes, es considerada por los expertos una apuesta acertada por parte del Gobierno. Pero también opinan que su entrada en vigor (enero del 2007) es excesivamente tardía, y además no están de acuerdo con el cambio de calendario y la posible modificación en el trato a las plusvalías.

Las críticas más fuertes a la reforma provinieron del PP. El secretario ejecutivo de Economía y Empleo, Miguel Arias Cañete, la calificó de “vaga” y “poco ambiciosa”, y dijo que “incumple la promesa electoral del PSOE de bajar impuestos”. Mientras, el presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), Valentín Pich, se mostró sorprendido, ya que todos los agentes económicos descontaban ya la aplicación en el 2006. Pich considera esta decisión como la más acertada frente a otras posibilidades planteadas por el Gobierno, como la imposición de un tipo único de gravamen en el impuesto. El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ve como “positivas” las reformas planteadas por Solbes; sin embargo, cree que podría haber cambios en las pensiones y en las plusvalías. El presidente del IEE, Juan Iranzo, declaró que la reforma “va en la dirección correcta”, especialmente porque trata de rebajar la presión fiscal a las rentas del trabajo. Para Comisiones Obreras (CC.OO.), el mayor peligro de la reforma es que haya una pérdida de ingresos. El jefe del gabinete económico de CC.OO., Miguel Ángel García, sólo pide al Gobierno que no permita una mengua recaudatoria con el nuevo IRPF, a causa de las crecientes necesidades para financiar servicios sociales, tanto del Estado central como de las comunidades autónomas, puesto que a ellas va a parar más del 30 por ciento de los ingresos obtenidos por este impuesto. Además, García considera que las últimas reformas del impuesto han supuesto una pérdida recaudatoria notable, en torno a los 7.000 millones de euros anuales, el 1,1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). En 1995, los ingresos por IRPF suponían el 7,12 por ciento del PIB, mientras que en el 2004, después de dos reformas durante el mandato de José María Aznar, sólo llegó al 5,99 por ciento. El sindicato propone mantener el sistema de tipos y número de tramos del impuesto e integrar las plusvalías en la base general del impuesto que se utiliza actualmente. En la patronal de fondos de inversión (Inverco), su director general, Ángel Martínez Aldama, agradecía al Gobierno su decisión de mantener la deducción por aportaciones a planes de pensiones, que hace cuatro meses no estaba del todo clara. Aldama dijo que “ahora habrá que ver en qué quedan los cambios anunciados”, refiriéndose a la pretensión de Hacienda de recortar la deducción fiscal máxima de la que gozan los contribuyentes por este tipo de aportaciones. Por su parte, el presidente de la patronal de planes de pensiones, Mariano Rabadán, mostró su satisfacción y alivio porque las reformas que el Gobierno prevé aplicar en los planes de pensiones no se hagan efectivas hasta el 2007, fecha en la que se pondrá en marcha el nuevo IRPF. De todas formas, para Rabadán las reformas anunciadas por Solbes, recortar las deducciones y ligarlas a quienes reciban el plan en forma de renta, no en pago único, “no modifican en su globalidad el sistema de planes de pensiones”.