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SIN ESPINAS

Talante y sentido común

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión02-05-2004

Zapatero no es el único que quiere convertir sus traumas u obsesiones del pasado en máxima de actuación política. Rajoy, al que no le hace falta formar su buen talante porque siempre lo ha tenido, presume, sin embargo, de sentido común. Ambas prerrogativas -talante y sentido común- son muy loables pero, convertidas en fines y no en medios, pueden hacer rayar en el ridículo a sus abanderados. Y lo que es peor, ambos conceptos descargados de su verdadera esencia, vacíos de contenido, pueden llegar a ser del todo punto inútiles. Rajoy, como muchos españoles, hace chistes de las buenas intenciones de Zapatero no porque sean malas, sino porque el propio Zapatero se ha encargado de sobredimensionar hasta el extremo lo que nunca puede ser un programa de gobierno con el que presentarse a la ciudadanía. Además, en estos 15 días de nuevo Ejecutivo hemos visto malos ejemplos de talante; sobre todo de los que rodean a Zapatero que, bien por inexperiencia bien porque ni se creen ni pueden ejercer de bien amanerados, han metido la pata. Zapatero puede pretender llevarse bien con todos, pero lo que no puede pretender, y menos en política, es que todos se lleven bien con él. Y, si esa es una convicción tan personal, el mismo tiempo le pondrá en su sitio. En este sentido, ni siquiera la experiencia política que ha acumulado en la oposición le valdrá cómo presidente del Gobierno. Sé que a lo peor este ejemplo no le valdrá a Zapatero, pero el propio Jesucristo pedía que amáramos a nuestros enemigos y pusiéramos la otra mejilla, y a pesar de predicar este paradigma de las buenas maneras le crucificaron. Lo de Rajoy y el sentido común es lo mismo. ¿Qué pasa, que cuando uno está en la oposición el sentido común ha de quedar relegado a la labor de minar al Ejecutivo? ¿Qué es eso de pedir la convocatoria del Pacto Antiterrorista para cerrar una polémica sustentada en las irresponsables declaraciones de un ministro? El Pacto Antiterrorista había que haberlo convocado hace mucho tiempo y ahora también pero por muchas otras razones. Empezando porque los dos partidos que representan a la casi totalidad de españoles se comprometan bajo “juramento hipocrático” a no volver a hacer leña electoral de asuntos relativos al terrorismo o que afecten a la unidad de España. En vez de eso y de tomar medidas para atajar estas lacras, pierden el tiempo peleándose. Al final, háganme caso: convocarán el Pacto Antiterrorista, pero no para hablar de eso sino para ver cómo evitan que se cree una comisión de investigación sobre lo que pasó en España poco antes y después del 11-M. Que los españoles conozcamos las vergüenzas de todos nuestros representantes políticos, dirán Zapatero y Rajoy: “supera todo nuestro talante y sentido común”.

Fotografía de Javier de la Rosa