SIN CONCESIONES
Adiós Rato
Por Pablo A. Iglesias2 min
Opinión05-01-2004
Hace tiempo que quería hablar de él. Pero he elegido este momento porque pocos se acuerdan ahora del que estuvo a punto de ser el sucesor de Aznar. Yo también me equivoqué y lo reconocí. Cuatro meses le han relegado del primer puesto de las quinielas políticas a un tercer plano que le hace pensar en la retirada. Es de personas dignas reconocer las derrotas y de sabios cambiar de aires cuando soplan vientos en contra. Rato ha entrado en el otoño de su carrera política precisamente cuando la economía española recoge los frutos de una larga primavera. Cuatro millones de puestos de trabajo, una reducción del IRPF, la supresión del IAE para pequeños empresarios, ayudas a las madres trabajadoras, reducción del déficit, superávit de la Seguridad Social... Estos son sólo algunos de los logros del hombre que quería sustituir a Aznar como presidente del Gobierno y que acabará, probablemente, al frente de una gran empresa. Quizá en una alta institución de la Unión Europea, porque alguna oferta ya le ha llegado a su despacho del Ministerio de Economía. Mientras tanto, guarda silencio. Rato es un hombre solitario que entreabre las puertas de su corazón en las distancias cortas. La vida no le ha tratado bien en los lances personales porque él siempre prefirió la aventura. Sus conocimientos, experiencia, autoridad, oratoria e incluso arrogancia no han sido suficiente para hacer realidad el sueño. A lo mejor, han sido demasiado. Aznar prefirió a Rajoy y más de uno está arrepentido de ello. La política española ha ganado serenidad con la elección pero ha perdido actividad, convicción y elocuencia. En lo que sí acertó el sheriff del PP es al proclamar sucesor a una buena persona. Y la persona siempre es lo primero.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito