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EL RECUADRO

Lo siento, Sabina

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión25-05-2003

Recién abierta la olla, parecía anoche que todos iban a ser garbanzos negros. Metido el cucharón, ya no era tan desastroso como parecía. El chapapote no llegó a las urnas hasta los niveles que se temían unos y se esperaban otros. Lo cual tiene mucho más mérito, porque me acuerdo de los días malos del chapapote, y de los días peores de la guerra, y no todo se ha perdido, e incluso algunas cosas se han hallado. La Virgen de Fátima, que no hizo aquel milagro de un 13 de mayo en las Vascongadas, ha hecho este milagro de un 23 de mayo: Virgencita, por lo menos como estaba antes de la boda de El Escorial. Lo cual tiene bastante mérito, si se piensa que el PP ha ido a estas elecciones con Gafe puesto. Lo que empezó con el mal vahído escurialense podía haber terminado en un rosario de la aurora roja, del que ahora sólo se van a rezar algunos misterios. Los últimos síntomas no pudieron ser más preocupantes. ¿Qué necesita un partido para que en la recta final de la campaña le asesinen a una candidata a alcaldesa, víctima de la violencia marital, y se le muera otro candidato en pleno mitin de un infarto de miocardio? Para eso un partido sólo necesita aquello de lo que el PP anda sobrado desde El Escorial: un Gafe. No era normal que habiendo bajado los impuestos, habiendo remediado la bancarrota de las pensiones, habiendo suprimido el servicio militar obligatorio, habiendo puesto las hipotecas casi regaladas, habiendo asignado sueldo a las madres trabajadoras y habiendo acabado con el IAE, viniera el Tío Paco con la rebaja de la calculadora de demagogias y todo eso sumara únicamente guerra y chapapote. Sólo con la inestimable colaboración del Gafe puede el PP sufrir este trasvase no de votos, sino de suerte: se decía que Aznar tenía mucha suerte, hasta que en el Perejil se le quebró la "baraka" y ya no levantó cabeza, mientras a los adversarios les nacía un líder con presentación de nalga, es decir, de pie, como Zapatero. La suerte que tuvo Aznar es la suerte que ahora tiene Zapatero. Difícilmente el PSOE podría haber fabricado un líder como le ha construido gratis total el Gafe del PP. Lejos de echar al Gafe, el PP lo puso en el censo electoral, y ha votado. Ojú. Entre esos millones de nuevos votantes no me cabe la menor duda: estaba el Gafe. Tenían que haber echado al Gafe y tenían que haberle dado el carné del PP a La Pantoja. Ni Zapatero, ni Aznar, ni los votos etarras y asesinos al PNV ni nada: quien ha tenido ciertamente un triunfo electoral sin cuidados paliativos de pactos con el demonio de turno ha sido La Pantoja. El PP tenía que haber echado primero al Gafe y después haberle buscado entre sus filas un novio bueno a La Pantoja, para asegurarse el voto del marujeo como se lo ha amarrado Julian Muñoz en Marbella. Pero con Gafe a bordo y sin Pantoja, ya es mérito, por ejemplo, lo de Gallardón, o la nueva reconquista de Granada. ¿A qué va a resultar que Aznar le ha dado la vuelta al Gafe y ahora hasta le trae suerte? Lo siento por Sabina y por todos los progres de Visa Oro con pegatina de la guerra.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor