ANÁLISIS DE LA SEMANA
Somos curiosos
Por Raquel González1 min
Economía23-03-2003
Soy curioso. Así titulaba hace pocos días el escritor uruguayo Eduardo Galeano su columna en el semanario Brecha. Galeano se preguntaba, entre otras muchas cosas, cuándo había recibido Bush el mandato divino de atacar Irak, por qué el Papa no se había enterado de eso, y cuántos pozos de petróleo espera Aznar recibir como botín de guerra. Como Galeano, nosotros también somos curiosos. Nos interesa saber cuál será el coste de la guerra, tanto en vidas humanas como en la historia del mundo y, claro está, también en la economía. Queremos saber qué va a pasar con el petróleo, y si las bolsas, esos enigmáticos lugares donde las empresas deciden la suerte de muchos empleados, subirán o bajarán con el conflicto. ¿Por qué, si España va bien, muchas familias españolas no llegan a fin de mes? ¿Qué especie de hipoteca pesará sobre sus hombros cuando el Euribor, índice con el que se establece el tipo de estos préstamos, está por los suelos? ¿Por qué persisten las dificultades, si también en EE.UU. los índices bajan para animar a la economía? A veces las preguntas se lanzan al aire y no tienen respuesta. Pero la curiosidad queda como un poso. Que la guerra no mate nuestro deseo por saber más. Que no nos maten la curiosidad.