ANÁLISIS DE LA SEMANA
Mil gracias
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad09-02-2003
Esta mañana de febrero amanece soleada, con el cielo de un azul limpio y luminoso. No se sabe muy bien por qué, qué ¿lógica? es la que reparte la felicidad depende a quien, pero a muchas personas les acompaña la dicha, a pesar de los pequeños o grandes avisos que da la vida. Todas las vidas los tienen, sólo hay que aprender de ellos y buscar un poco de azul brillante cuando el horizonte se torna oscuro. Pero esta mañana de febrero tiene una luz especial, o serán los ojos -o el cristal- de esos afortunados que miran con alegría el despertar de una jornada más. A quien corresponda, a quien lo hace posible, gracias. A las costas de estas líneas no han llegado manchas de fuel, ni olas de agua dulce que inundan los hogares y las ilusiones, ni el polvo blanco de la fatalidad espacial, cerca de las estrellas, ha manchado ese cielo azul. Tampoco se sabe por qué aquí no, por qué a ciertas personas, a cierto país, a cierto lugar, a cierta familia no. Una vez más, a quien corresponda, gracias. En otras mañanas de febrero, no hace mucho tiempo, las horas pasaban bajo este mismo cielo. El reloj estaba entonces envuelto en apuntes, cansancio, esfuerzos de memoria, tenacidad y sacrificio. Valió la pena. Es importante el conocimiento, más aún si sirve lo aprendido para la enseñanza y difusión del agradecimiento. Los valores se aprenden y es de justicia tener derecho a una educación ecuánime, solidaria, basada en el buen hacer. Si las reformas educativas llevan a ello, bienvenidas sean. Mas el tiempo dirá qué lecciones se han aprendido mejor. Aunque, cuidado, porque la escuela no es sólo la de las aulas, también se aprende y se enseña en el hogar y, sobre todo, en la escuela por excelencia, la de la vida. Por y para todo ello el agradecimiento impregna estas líneas, quizás tan sinceras como poco entendibles para algunos de los que las leen. Pero es que esta mañana de febrero ha amanecido soleada con el cielo de un azul limpio y luminoso y alguien se ha sentido afortunado y se ha visto obligado y necesitado de escribir a su manera mil veces y a quien corresponda: gracias.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo