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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Fallan las fuerzas

Fotografía

Por Raquel GonzálezTiempo de lectura2 min
Economía17-11-2002

Es como un ligero temblequeo que se hace más y más insistente hasta que uno cae rendido y de rodillas al suelo. Eso le ha pasado a Alemania, está a punto de pasarle a Francia, qué decir de Argentina e incluso cabría hablar del temblequeo de España. Los grados está claro que varían. No es la misma sacudida la de Argentina que la de Alemania, ni se puede comparar la del país germano a la de España. En Alemania, por empezar con alguien, las fuerzas se fueron debilitando hace ya un tiempo. La que es considerada como la locomotora de Europa necesita más madera que nunca. Ha llegado hasta el punto de ver cómo la Comisión Europea (CE) le tenía que abrir un expediente porque su déficit se descontrolaba extremadamente. A Francia está a punto de pasarle lo mismo y visto el panorama el temblequeo se ha extendido por los organismos europeos en Bruselas. La CE ha decidido rebajar las previsiones de crecimiento para este año en la eurozona y ha alertado de que todo podría ir a peor si finalmente se lleva a cabo la guerra contra Irak, ya que conllevaría un aumento del precio del petróleo, lo cual desestabilizaría aún más la situación económica mundial. España no se ha salido de rositas y el recorte en las previsiones de crecimiento también le toca de cerca. Ese toque de atención se ha dado a conocer casi al unísono que los datos de la inflación, que pueden calificarse como de muy preocupantes ya que a un mes para que acabe el año, la inflación dobla a la prevista en las previsiones hechas por el Gobierno para todo el 2002. La economía española está sufriendo duros achaques, lo más paradójico de todo es que el Gobierno sigue diciendo que las previsiones no se recortan y que se cumplirán por mucho que la CE diga lo contrario. En Argentina le fallan las fuerzas a los niños, a los que por naturaleza, y en situaciones normales, la fuerza y el entusiasmo les desbordan. La crisis está provocando que muchas personas pasen hambre a lo largo y ancho del vastísimo territorio argentino. La pasada semana murieron cuatro pequeños, que se sepa. Que no se sepa puede que muriera alguno más. Todo esto como consecuencia de una crisis de la que no se deshacen nunca y que cada semana que pasa ofrece un capítulo más de un culebrón inacabable.

Fotografía de Raquel González