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APUNTES DE BANQUILLO

El futuro de Carlos Sainz

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes17-11-2002

Al Matador del Mundial de rallies puede que le llegue la hora de cortarse la coleta. Después de una hoja de servicios más que lustrosa –al servicio de Toyota, Lancia, Subaru y Ford–, Carlos Sainz se encuentra, por primera vez en muchos años, en una difícil situación: finaliza contrato con la marca del óvalo, que quiere ahorrar a costa de recortar por lo sano en los sueldos de sus pilotos, pero la veteranía y un doble título de campeón del mundo no le garantizan la continuidad para la temporada 2003. Para seguir compitiendo al máximo nivel, el piloto español lo tiene muy complicado. La fortísima competencia –pese a que Citroën disputará todo el Mundial el próximo año y habrá dos volantes más– es implacable: lo sabe bien Chus Puras, al que su excelente trabajo, con un triunfo en San Remo incluido, no le sirvió para ganarse la renovación hace un año, y lo empiezan a saber Sainz y su eterno copiloto, Luis Moya. No quedan chollos; cualquier marca, por modestas que sean sus pretensiones –como sucede con Skoda y Hyundai–, cuida al milímetro su proyecto deportivo, sin concesiones a la galería. Sainz tiene a su favor una capacidad de trabajo casi única, que ha logrado hacer competitivos coches que, antes de pasar por sus manos, eran auténticos ladrillos con ruedas. Pero llevar diez años sin ganar un título, y que desde 1998, cuando a causa de una biela su Toyota quedó herido de muerte –“¡Trata de arrancarlo, por Dios!”, gritaba desesperado Luis Moya–, Sainz tampoco logra ser subcampeón. Esta temporada, muy irregular, su única victoria llegó por la depuración masiva de los Peugeot en Argentina. Bien sea por todo lo anterior o por cualquier otra razón, lo cierto es que en el horizonte pintan nubarrones. Pero Sainz no es sólo piloto: en 1997, su nombre sonó para dirigir, al cabo de tres años, el equipo Toyota, aunque luego el proyecto se frustró por el paso de la marca japonesa a la Fórmula 1. No obstante, Sainz supo luchar por el Junior Team, y de su trabajo de cantera ha surgido un piloto de mucho talento: Txus Jaio, campeón de España. Quizá sea éste un buen momento para plantearse dónde puede ser más útil su trabajo. Un servidor apuesta porque Sainz se vuelque en la organización, siguiendo los pasos de Sito Pons en el motociclismo. Sería, además, una excelente manera de que España –por medio de sus pilotos y patrocinadores– adquiera de veras una presencia de peso en el Mundial de rallies. P.S. Gracias, Arantxa, por todo lo que nos diste. Hay que saber decir basta a tiempo, y lo acabas de hacer. Ahora es el momento de que otros aprendan de ti, ¡ánimo en tu nueva etapa!

Fotografía de Roberto J. Madrigal