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ANÁLISIS DE CULTURA

Reseteo ilustrado

Fotografía

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura2 min
Cultura06-07-2016

El temperamento realista de Caravaggio se esfuma con el paso de los años hacia el reduccionismo del arte y el colmo de la simplicidad. Vamos, que nos gustan las cosas rápidas y fáciles. El tiempo pasa tan fugaz que no tenemos tiempo de pensar en otra cosa que en producir. Y las mentes se vuelven frágiles. Llega el verano, el contador se resetea y es entonces cuando pensamos: ¿y cómo he cultivado la creatividad y el ingenio? La respuesta en forma de cifras da un poco de miedo:

Casi cuatro de cada diez españoles no han leído un libro durante el último año. El barómetro del CIS de junio desvela además que casi el 69 por ciento no ha ido a ningún museo y casi la mitad no ha ido al cine.

¿Sigue teniendo que ver la crisis? la entrada de una de las exposiciones más conocidas de Madrid cuesta 16€. Hay descuentos, sí, pero no para todos. “La fiesta del cine” se ha quedado para evento para celebrar de vez en cuando. Y una más: según Eurostat, España es el séptimo país a la cola de trabajadores que se dedican al sector cultural con una pírrica cifra del 2,5% de los empleados, cuatro décimas por debajo de la media de la Unión Europea.

España es el séptimo país por la cola de trabajadores dedicados al sector cultural con un 2,5 por ciento de los empleados. Luxemburgo dobla ese porcentaje. En el podio también se suman Suecia, Finlandia y Holanda. Nosotros competimos con Bulgaria, Eslovaquia y Rumanía. En cuestión cultural tampoco nos parecemos al modelo europeo que querríamos.

Mientras aquí hemos decidido que sea innecesario enseñar a Platón, Kant y Nietzsche. Que la Universidad Complutense cierre la Facultad de Filosofía. El conocimiento se convierte en “afinidad académica” y entonces un profesor de Geología dará una clase de latín y barbaridades de este estilo.

Ya no es cuestión de insistir en impartir o no los métodos socráticos, sino de fomentar, antes que soviets vecinales, impuestos turísticos y persecuciones varias, el método cultural para hacer renacer a esta sociedad dormida.

Y eso que Caravaggio no era ningún ejemplo a seguir más allá de su mente prodigiosa para pintar porque, fruto de su locura o no, su biografía esconde un supuesto asesinato tras un partido más otros episodios tumultuosos que no procede contar aquí y que conviene enmarcar en una sociedad marcada por la furia y la decadencia, lejos del bienestar actual que merece pese a todo un empujón. Quizás debamos hacerlo de otra manera, como en La comedia literaria de Catherine Meurisse, que recurre al cómic para acercar la cultura francesa al público desde la Edad Media hasta el siglo XX. Orgullo ilustrado. Aprovechen, y como dice Molière, “esforcémonos en vivir con decencia y dejemos a los murmuradores que digan lo que les plazca”.

Fotografía de Marta G. Bruno

Marta G. Bruno

Directora de Cultura de LaSemana.es

Licenciada en Periodismo

Estudio Ciencias Políticas

Trabajo en 13TV

Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press