Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Papa Estado

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional18-05-2015

Sí, aunque lo parezca, no hay una errata en el título. Hay que ver lo que supone poner una tilde, o no. Una cosa es "Papá Estado", al que todos los ciudadanos recurren cuando necesitan algo desesperadamente, y otra es "Papa Estado".

Este último término se podría considerar la vertiente diplomática del Estado Vaticano, que en los últimos meses está mostrando fortaleza, esplendor y eficacia. Sin duda, uno de sus éxitos más recientes ha sido el relanzamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, congeladas desde hace décadas. Tanto desde la Casa Blanca como desde el régimen cubano se ha reconocido la labor desarrollada por el Papa Francisco.

Es más, el propio Raúl Castro alabó el trabajo y la figura del Sumo Pontífice después de reunirse con él para ir preparando la próxima visita del Papa a Cuba y a Estados Unidos. Hace un año, Barack Obama también quedó encantando con su encuentro con Francisco y afirmó que es un "hombre al que hay que escuchar".

Por si no fuera suficiente, el Vaticano también tiene la mira puesta en el conflicto en Oriente Próximo. En pocos meses se han producido hechos con una enorme carga diplomática. El simbólico rezo conjunto entre el entonces presidente de Israel, Simón Peres, su homólogo palestino, Mahmud Abbas, y el Papa; el viaje de Francisco a Tierra Santa; el anuncio de que el Vaticano va a reconocer al Estado Palestino; y la más reciente reunión entre el Papa y Abbas, en la que este último fue considerado como "un ángel de paz".

 

A muchos les puede resultar excesivo que el Papa defina de este modo el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y que se implique en asuntos tan políticos como espinosos. A pesar de las críticas, es conveniente confiar en la sabiduría de Francisco y en las posiciones que adopta.

Su Santidad es líder político, pero, además y aún más importante, es toda una autoridad moral. Es decir, sus decisiones siempre van a ir encaminadas a buscar un mundo mucho mejor, con justicia y caridad. Y, sin duda, es algo que beneficia a todos, independientemente de si se es católico o no.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD