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ACHIQUE DE ESPACIOS

El ciclista diferente

Fotografía

Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes28-07-2002

Desde lo más alto del podio, en los Campos Eliseos, Lance Armstrong escucha el himno de Estados Unidos con solemnidad. Hace cuatro años, uno detrás de otro, que el ciclista de Texas, vestido de amarillo, mira al mundo desde lo más alto, y lo seguirá haciendo hasta que él mismo decida parar la máquina; la suya, su máquina, porque ha vuelto a demostrar que es un corredor diferente, a años luz del resto. Dice el norteamericano que éste ha sido el Tour más fácil que ha ganado. Analizando etapa por etapa, la ronda francesa deja la sensación de haber sido un paseo para el jefe de filas del US Postal. Ganador de cuatro etapas, todo lo que hacía parecía fácil, sencillo, poco costoso. Otro año más, y van cuatro, Armstrong dominó en las etapas contrarreloj con bastante holgura, pese a las apariciones fugaces, un día de Igor González de Galdeano y Santiago Botero, y otro del lituano Rumsas. Manejó a su antojo todo el trazado de montaña, donde además de demostrar una superioridad física descomunal, volvió a poner de manifiesto que tiene un equipo potente, con gregarios de lujo como Roberto Heras y Chechu Rubiera, que le allanaron el camino un día sí y otro también. Ahí radica el éxito de Armstrong. Lleva cuatro Tours consecutivos, da la sensación de que igualará el récord de cinco seguidos de Induráin -lo que lleva a valorar más si cabe la gesta del navarro-. Está muy por encima de sus rivales, pero lo más decisivo es que tiene un equipo que trabaja, trabaja y trabaja, y que lo hace por y para él. Por eso hay que extraer una lectura positiva para el ciclismo español. Al excelente momento -otra vez- del salmantino Heras y el asturiano Rubiera se unen los Beloki (en el podio por tercer año consecutivo), Igor González de Galdeano, Mancebo y Carlos Sastre, todos ellos entre los diez primeros de la carrera gala y que alimentan las esperanzas puestas en la próxima Vuelta a España. De este grupo de seis corredores, sin olvidar a Óscar Sevilla, debería salir el vencedor de la tercera gran carrera por etapas de la temporada. Mientras el Tour volvió a dejar un Armstrong imbatible a día de hoy, también queda ahí el gran estado actual del ciclismo español, una vez más impecable y prometedor.

Fotografía de Nacho García Barco